Dos rayitas azules

Era el tercer día del año y no podía dejar de lamentarme de mi suerte. Una vez más, el sueño de ser mamá y ver las dos rayitas azules en la prueba casera se hacía borroso y más lejano. Salí del baño y llamé a mi esposo para que me ayude a asimilar la noticia: «me vino la regla… tengo algo más que no han descubierto. No puede ser… no vamos a ser papás».

Ya no era necesario esperar al 4 de diciembre para sacarme los análisis de sangre. Era obvio que la regla había llegado y con ella también la mala noticia. Ya era hora de volver a Lima y dejar atrás la celebración del nuevo año en la playa. A pesar que Lalo insistiera en hacernos la prueba, yo no lo veía necesario. Era momento de pasar la página y volver a empezar.

Desde el carro llamé al doctor y fue inevitable romper en llanto mientras hablaba con él:

Doctor, me vino la regla.
– Uy… no te preocupes. Vas a ver que la siguiente de todas maneras sale. Yo te dije que todo podía pasar y que era muy difícil que se lograra a la primera. Hay parejas que lo intentas muchísimas veces de este modo.
–  Yo sé… pero me pone muy triste igual. Hay forma de que me haya venido pero igual estar embarazada? Vale la pena hacerme la prueba?
– Si te ha venido rojo, rojo, no vale la pena… ya la próxima serán buenas noticias. Ven el lunes para empezar nuevamente con todo.

Durante todo el camino hablamos de eso. Yo ya no sabía si quería seguir intentándolo de esa manera o dejarlo simplemente al destino. Si la vida quería que tenga hijos los tendría, y si no, pues hay muchos niños que necesitan una familia, y fue lo mismo que me dijo Lalo. Lo veía tan seguro y tranquilo que me ayudaba mucho escucharlo. Tenía que ser fuerte y levantarme una vez más. Él insistía en que ya no intentemos de esa manera, siempre mencionaba que era un gran esfuerzo y no era nuestra realidad gastar miles y miles de soles en intentos para ser papás.

Al día siguiente, después de una noche casi sin dormir pensando en lo mismo, él me dijo que por mi felicidad y tranquilidad él haría lo que fuera. Agarró su computadora y sacamos cuentas. Lo intentaríamos las veces que yo quisiera. Me sentí muy feliz de estar ambos en la misma página y había decidido dejarlo todo al destino. Si el mes que viene nos daban ganas de intentarlo así nuevamente, así sería y si no, pues ya llegaría el momento.

A pesar de eso, él seguía insistiendo:

– Pero… de verdad te ha venido la regla?
– Que sí Lalo. No estoy embarazada.
– Es que me parece raro porque no te has quejado mucho.
– No. Simplemente ni ganas tengo de quejarme… 

Pero sí, en el fondo ni me había dado cuenta pero no me había bajado casi nada en 2 días. Era una regla un poco rara, pero para mí, era regla al final.

– Enanita, a mi mamá le vino la regla cuando estaba embarazada.
– Lalo, no insistas. No estoy embarazada. Ya me está molestando tu insistencia.

El domingo fuimos a pasar el día a donde mis suegros y de regreso, ya en la noche me entró la duda.

– Paras en la farmacia un ratito?
– Para?
– Quiero comprar algo…
– Pero qué?
– Nada, solo quiero ir a ver algo…
– Pero dime qué!
– Una prueba de orina!!!
– Ya ves!!! Estás embarazada!
– No, yo no creo. Pero tanto insistes que me entró la duda… ya veremos pero sea cual sea el resultado prométeme que haremos como si nada.
– Te lo prometo…

Con el miedo más escalofriante del mundo lo hice. Esperé solo unos segundos y me rendí. Dejé la tirita al lado del lavatorio y salí molesta.

– Te dije. Ahora aguántame! Es negativo.
– Pero por qué! Qué salió?
– Solo una raya…
– Yo veo dos…
– Hay una sola raya Lalo! No insistas por favor!
– Es que hay dos! La segunda es bajita pero son dos! Nos fuimos a dormir prometiendo que sea cual sea el resultado al día siguiente en la prueba de sangre no nos podíamos hundir ni mucho menos. Nos abrazamos y estoy segura que ambos cerramos los ojos con una sonrisa.

Las "rayitas"... y atrás Lalo leyendo las instrucciones por quinta vez

Las «rayitas»… y atrás Lalo leyendo las instrucciones por quinta vez

Al día siguiente (lunes 6 de enero – bajada de reyes), me hice los análisis muy temprano. Fue el día más largo de la historia humana. Los resultados saldrían a partir de la una de la tarde y aún así revisaba la página cada media hora… PENDIENTE… no salían aún. Hasta que el reloj me avisó que la 1 de la tarde había llegado. Y como todo pasa cuando tiene que pasar, la página se colgó. Llamé a la central y me comentaron que se les había caído la red y que los resultados demorarían 1 hora más… GIVE ME A BREAK! No era posible!

Esperé y llamé a Lalo para entrar juntos esta vez. Si él veía que decía 0.11 o algún número menor a 5 quería que él me lo dijera. No quería verlo con mis propios ojos. Pero él no me contestó, estaba en una reunión de trabajo. Lo haría yo sola…

Le di click a los resultados y ahí estaba. Un cuadro con números frente a mis ojos y yo sin querer leerlos. Veía la pantalla de reojo con una mezcla de sentimientos increíble. Luchaba con querer ver y no querer a la vez, hasta que clavé la mirada directo al resultado: 647.90

Fue un momento increíble. Lleno de emoción, esperanza, felicidad pura. Quería explotar y lo hice, llamé al futuro papá y le dije entre lágrimas que ya! Que por fin seríamos papás! Salió de su trabajo y me recogió para ir a la cita. No podíamos creerlo… era real??? No habría visto mal??? Era demasiado increíble haber visto ese número mayor a 5 por fin!

Al entrar al consultorio el doctor me recibió confundido. No entendía mi cara de felicidad cuando hacía unos días le había llorado en el teléfono, «qué pasó? De qué me perdí?». Vio los resultados que le entregué y todo quedó claro. Tenía ya 3  semanas de embarazo y ese sangrado muchas veces ocurre en la etapa de implantación.

Después de muchas indicaciones y una que otra receta soltó esa frase que hasta hoy recuerdo tal cual: «bueno, felicidades futuros papás… y por el número de HCG podría apostar que ahí hay más de un bebe».

Ahora, debíamos esperar 3 semanas más para la primera ecografía y ver cuántos corazones latían junto al mío.

La aventura recién empezaba…

20 comentarios en “Dos rayitas azules

  1. Me muero muerta de muerte mortal!!!

    Esos sustos y luego el notición, son una montaña rusa que después de todo, te tranquiliza y contenta el resultado cuando es el que deseaste oír-ver.

    Un abrazote para los cuatro 🙂

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  2. Como experto en la materia, me queda claro que lo de ustedes fue: estrés de tu parte y falta de persistencia por parte de Lalo (que deje un poco el trabajo), superada esta etapa los otros hermanitos van a llegar casi espontáneamente.

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  3. Bueno, dicen que no existen los falsos positivos en estas cosas. O sea eso que metes el palito y esperas 5 minutos a ver si aparecen las dichosas rayas… naaaada, que cuando estás embarazada, lo pones y PAM! salen las rayitas. XD Así, en one.

    Te siiigooo ❤ Está lindi.

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  4. Jaja, foto de Lalo leyendo las indicaciones me mató! Y lo que te dijo después de pensar que había sido fallido el intento, más aún. Era imposible que dos personas que se quieren tanto, no puedan ser felices. Serán los mejores papás del mundo, no me cabe la menor duda. Tanto amor tenía que ser recompensado.

    Por tro lado, la rayita si se ve! Ay es que es tan complicado! Yo tampoco me la creía cuando vi mi prueba en casa. Las rayas se pusieron no rosa, sino fucsia! Bien obvias, pero es que por los nervios el predicador se me cayó dentro del vasito de pipí, buaaaa! Hasta que no la vi en el monitor del ecógrafo no me la creí 😀

    Besote!

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