Los perros y los bebés

Antes de que nazcan los mellis yo ya tenía un hijo. La noticia de la llegada de sus hermanos fue aceptada con el pasar del tiempo y el crecimiento de la panza. A sus casi 11 años ya era manejable la situación, pues él comprendía que la familia debía empezar a crecer. Hablo de Bruno, mi schnauzer renegón y engreído que hasta ese momento pensó que sería hijo único.

Al principio pensamos que se resentiría conmigo, pero todo el tiempo lo integré como siempre. Desde que les ponía música en la panza, él me acompañaba y hasta incluso ponía su cabecita sobre ellos. Era una bella escena. Le hablaba sobre los bebes y él fue parte de cada detalle. Estuvo cuando hicimos el cuarto, cuando abríamos los regalos, cuando armábamos el coche y pack and play, todo lo hacíamos en conjunto.

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En las últimas semanas, cuando estuve en cama, él era el único que no se despegaba ni un solo segundo de mí. Parecía presentir que algo pasaba y que el día de conocer a sus hermanitos estaba más cerca. La verdad es que no pensé en el momento exacto en el que se verían por primera vez, todo pasó tan rápido que caí en cuenta de esta importante presentación cuando llegamos a la casa con dos personitas más bajo los brazos.

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Felizmente todo fluyó perfecto, él respetaba la línea imaginaria que había entre ellos, pero siempre pendiente. Si ellos lloraban, él corría de un lado a otro sin saber qué hacer. Parecía más nervioso que los mismos papás, pero luego se fue acostumbrando a esa nueva situación. Fue casi mágico descubrir que los bebes tomaban de manera natural los ladridos de Bruno. Es que desde la panza escuchaban a diario este sonido, es obvio que se les hizo familiar ni bien lo escucharon en vivo y en directo por primera vez.

Ellos están creciendo juntos. Él ahora con 13 años y ellos por cumplir dos. Sin duda, es su compañero de travesuras y de correderas. Claro que también está la especie de «maltrato» típico de los niños hacia los perritos. Creo que ellos piensan que es un peluche viviente y por eso juegan con sus orejas, bigotes, nariz y hasta incluso quieren montarlo como a un caballito.

Pero lo que sí puedo decir, es que la convivencia de bebés con animalitos es totalmente posible. Lo de las alergias, enfermedades y contagios es relativo. Si tu mascota es limpia, tiene todas sus vacunas al día y ha sido criado entre seres humanos, estás más que adaptado y listo para conocer a sus hermanitos.

Sin embargo, siempre hay que tener un ojo adicional y vigilancia, pues es un animalito, y por más civilizado que sea, su instinto a veces los hace impredecibles. Nunca está demás tenerlos vigilados.

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Aquí algunos tips para tener en cuenta al momento de presentarle tus bebés a tus mascotas:

  1. Límites: Enséñale que el cuarto del bebé está fuera de su alcance. Cuando esto esté claro, podrás dejarlo entrar bajo tu permiso y supervisión.
  2. Reconocimiento: Deja que tu perro huela un trapito o prenda de tu bebé. No se lo puede llevar ni morder, esto servirá para que entienda que pueden convivir solo de lejos.
  3. Ejercicio: El perrito estará emocionado de conocerlo pero tú tendrás menos tiempo para él, al menos al inicio. Por eso, asegúrate de que alguien pueda llevarlo de paseo diario para que esté más tranquilo.
  4. Precaución: Al principio preséntalos con correa. Luego él ya entenderá los límites y podrá hacerlo sin ningún amarre. A veces hasta entienden que solo pueden oler sus piecitos.
  5. Presentación: No te pongas nervioso. Acércalo tranquilo y seguro de la situación, si siente tu nerviosismo puede que él también se ponga tenso.
  6. Interacción: Como el bebé recién está incursionando en el mundo, está preparando sus defensas poco a poco. Por eso cuida que el perrito no lama sus manos y carita.
  7. Compañía: No importa qué tan bien se lleven tu bebé y tu perrito. Siempre es importante la supervisión cuando estén juntos jugueteando.
  8. Igualdad: Nunca olvides a tu perrito. Él también necesita amor, tiempo y dedicación igual que tu bebé. Recuerda que él estuvo antes contigo, no debe chocarle mucho este cambio.
  9. Respeto: Conforme vaya creciendo tu bebé, enséñale a tratar a tu perrito con cariño y respeto. Esa es la base de todo en la vida. Y qué mejor que criar hijos amantes de los animales.

Creo que este es un buen tema para tratar porque la mayoría de nosotros tiene perritos en casa. Y si no tenemos, en algún momento nuestros hijos nos reclamarán por uno. Es algo típico y muy lindo.

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Así que adelante, a criar hijos que se preocupen por la vida de los animales y los traten con respeto!

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