Una real pesadilla

Hace unos días viví la peor de mis pesadillas. Parecía un mundo paralelo del que era necesario salir corriendo cuanto antes. Quién diría que solo algunas palabras hubieran cambiado el curso total de la historia.

El domingo Marcel amaneció con algunas ronchitas en las piernas, los benditos zancudos parecen no rendirse ante mis luchas diarias con Vape, EcoSmart, limón en las esquinas del cuarto, y miles de experimentos más que escucho y pruebo para ver si por fin dejan en paz a mis peques. Fue desde muy chiquito que nos dimos cuenta que era alérgico a las picaduras de zancudos. Le picó en la manito y esta se hinchó tanto que casi le era difícil cerrarla como puño. Al llevarlo al doctor nos dijo que siempre tengamos a la mano un antihistamínico y una cremita con corticoides. Eso aliviaría mucho el dolor y la inflamación por la picadura. La más fea era la roncha que tenía en el talón del pie. Esa, por el roce del zapato, el contacto con el piso y la exposición que naturalmente tiene, se inflamó más rápido y para la noche ya estaba como una ampollita de forma alargada. Luego de comer, al levantarlo de la silla, se golpeó justo esa zona con la puerta de la refri. Su grito de dolor y llanto me indicaron que algo había pasado. Revisé la roncha y la vi ponerse de un colo rosado oscuro, casi morado. No lo dudamos ni un segundo, dejamos a Naelle con mi mamá y lo llevamos a la clínica, de emergencia.

Es ahí donde comenzó mi pesadilla. Él ya estaba tranquilo, jugando con mi celular (que solo se lo doy en casos extremos y este era un caso así) cuando de repente llegó la «doctora» de turno. Recuerdo que ni lo saludó y de frente me preguntó qué le había pasado, mientras yo le iba a contando paso a a paso ella me interrumpe y me pregunta quién es su pediatra. Luego de responder me dijo «no me gusta nada esa lesión, yo diría que debemos hospitalizarlo, ponerle fuertes cantidades de antibióticos y no vía oral sino endovenosa y hacerle sus análisis para ver cómo evoluciona». Yo, vuelta loca, le decía que no entendía nada, que no podía ser que me esté diciendo todo eso, que qué era entonces. Y fue ahí cuando dijo «yo diría que es una mordedura de araña». Las demás palabras las recuerdo como tambores en mi cabeza: es peligroso, en niños menores de 5 es mortal, puede haber falla hepática y renal a pocas horas de la picadura.

Yo pedía por favor que me ayuden, que me ayuden a sanarlo y a hacer todo lo posible porque no pase nada malo. Tenía a mi pediatra al teléfono, quien me decía que se lo llevara para que él lo vea, pero la otra doctora nos decía que si nos lo llevábamos era bajo nuestra propia responsabilidad, que si le pasaba algo al bebe en el camino sería culpa nuestra. ¿Cómo lo sacábamos así? No había manera de hacerlo. Lalo estaba ya al borde del colapso porque tenía los gritos de Marcel por no querer ponerse la aguja y mi estado simplemente CRÍTICO, todo era un caos. Tanto así que hasta nos olvidamos de pedir el análisis de orina que mi doctor había solicitado en primera instancia. La doctora solo dijo «el doctor al que estás llamando, no está aquí, así que yo le haré primero el hemograma». Los resultados salieron a los 15 minutos y todo estaba en orden. Los vi, muy rápido porque se los llevó, y todo estaba dentro de los rangos normales. Pero siempre con sus comentarios negativos «al parecer está en orden, pero este número de las transaminasas del hígado están al alza». Ahora me pregunto, cómo puede decir que están al alza si no tiene con qué compararlo????. Teníamos que hospitalizar de emergencia en la sede de San Isidro.

En ese momento que me quedé sola con Marcel, mientras lo miraba y le hablaba bonito, Lalo salió a hablar con la doctora (eso ya me lo ha contado después), y esta le dijo que el tema era serio, que en dos horas el niño podría tener un desenlace fatal… Lalo se contuvo para no decirle algo. Y mi hermana, quien también me acompañó y me dio una pastilla milagrosa que me ayudó a tranquilizarme (#quieromás) también habló con ella y le preguntó qué camino se tomaría si fuese efectivamente una araña, a lo que ella respondió sin pensarlo mucho: «si es una araña, solo nos queda rezar». Increíble no? Qué tal doctora.

Llegó la ambulancia y mi pesadilla continuaba, mi peque se había quedado dormido conmigo de tanto llorar. Suspiraba y de cuando en cuando saltaba como asustado, nunca había sentido este dolor tan grande, no podía ayudarlo. Me subieron a una camilla con él encima mío, se despertó y empezó a llorar de nuevo, subimos a la ambulancia y se quedó dormido en el camino. Solo pude cerrar los ojos y rezar, rezar con fuerza, con fe y con absoluta confianza en que nada malo pasaría. Prometí cambiar lo negativo que vive en mí, ser diferente en algunos aspectos que están en mi lista de «por mejorar», y decidí hacerlo desde ese momento, a cambio de que mi chino salga de esta pesadilla y siga feliz con nosotros. Él estaba bien, descansando, nosotros sufríamos.

Llegamos a la clínica y tres doctoras lo vieron con detenimiento, juro que en ese momento me regresó un poco el alma al cuerpo, solo un poco. Me dijeron que ellas no veían tejido necrótico como nos habían dicho minutos antes, que para ellas era una celulitis a causa de una inflamación por picadura. Pero que igual seguirían administrando el antibiótico para cubrir cualquier infección y que por fin harían el examen de orina que «nadie entendía porqué no lo habían realizado en la otra clínica». Fueron minutos llenos de angustia porque Marcel, no hacía pila. Miraba la bolsita recolectora esperando ver que por fin hiciera pero nada. Empecé a temblar nuevamente (la falla renal, pensé), corrí donde Lalo y le dije que por favor me ayude a tranquilizarme, que nuevamente sentía ese terror volver. Se acercó a Marcel que dormía recontra cómodo, le tocó la frente y luego me dijo: «Ya hizo pila! Mira ves???». Sentí una alegría infinita, la cama se mojó de tanto que hizo y no me importó tener que cargarlo mojadito para que las enfermeras puedan cambiar las sábanas. Por fin había hecho pila. De ahí no paró de hacer pila toda la noche por el suero, pero nada importaba.

Llevamos la muestra y luego de 2 horas salieron  los resultados. Eran las 4 de la mañana, dicho sea de paso, mi sueño estaba esfumado y solo quedaban las ansias de saber si todo estaba en orden. Y efectivamente, todo estaba limpio. Nada alterado, nada elevado, todo en orden y bien.

A la mañana siguiente, llegaron varios doctores a verlo, y todos decían que era una picadura, inflamada por reacción alérgica y un traumatismo que había puesto morada la zona afectada, era un inicio de celulitis que se estaba tratando a tiempo gracias a Dios. Pero nada de arañas. Debía quedarse aún en observación, porque ya estaba ahí con la vía, pero no había nada de qué preocuparse. Juro que cada hora que pasaba era un poco más feliz para mí, me sentía nuevamente un poco más tranquila y ahora solo me esforzaba por distraerlo para que ignore la vía y siga jugando feliz. Mi chino es un valiente y me enseñó mucho en estos días. Incluso, a luchar por lo que no queremos, por eso, a las 8 de la noche del segundo día decidió darse de alta solo y arrancarse la vía diciendo luego «Oh Ou». Lo amé más por hacer eso y esa noche dormimos bien. Bueno, yo echa bolita a los pies de su cama y él feliz ya sin la vía. Al día siguiente nos darían de alta y regresaríamos a casa con su hermanita.

Hoy, un poco más engreído que antes por tantos remedios y por haber pasado más de 24 seguidas a mi lado (sin su hermanita pidiendo atención también) pide volver al doctor. ¿Por qué será?

Hoy, estamos agradecidos infinitamente porque esos días solo quedarán como lo que fueron, una real y cruda pesadilla.

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***

Muchos me preguntan qué haré con respecto a la doctora que me atendió y me dio ese diagnóstico sin haber realizado una sola prueba, y la verdad es que creo que no haré nada. Estoy tan aliviada que no haya sido nada de lo que dijo que esas cosas quedan atrás. Sí me da pena por ella, porque no sabe bien cómo es el trato con la gente, es difícil dar noticias malas, obvio, pero si eres doctor tienes la responsabilidad de tratar de hacer lo mejor por tu paciente y ¿por qué no? darle un poco de tranquilidad a sus familiares, más aún si es su madre la que está escuchando todo eso. Espero que la vida se encargue y le enseñe a tener un poco más de tino, tacto, experiencia, o como sea que le queramos llamar. Solo espero que sepa que se equivocó.

9 comentarios en “Una real pesadilla

  1. Asuuu que situación para mas desesperante. creo que lo que debió decir «vanos a descartar que sea una picadura de araña a la brevedad…» o cosas así.
    Ya me imagino todo lo que se siente en ese momento. Una vez a mi hijo casi lo atropella un carro y no sabes, esos segundoa los tengo grabados en el alma con un terror.

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  2. gracias por compartir tu experiencia. como.mamá te pido que compartas el nombre a la doctora o la clínica para tenerlo en cuenta. teniendo niños pequeños las visitas a emergencia son recurrentes y no me gutaria toparme con esa doctora.

    cariños para tus bebes

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  3. Eso se llama extorsión médica y he oído de varios casos en varias clínicas, muy cercanamente en la clínica Internacional.

    Esa «doctora» merece ser demandada o descubierta para que nadie vuelva a pasar por lo mismo.

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    • Elmo, la verdad es que ayer me llamaron de la clínica a pedir disculpas y a contarme que han tomado cartas en el asunto. No sé en qué sentido, pero algo deben haber hecho. Espero que sea para mejor y no necesariamente eso quiere decir una expulsión. Gracias!

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  4. Querida qué terrible lo que te tocó vivir, te he sentido tan cercana que hasta se me escaparon las lágrimas mientras te leía. Qué alegría saber que tu chinito es un valiente y salió glorioso de este mal rato. Aprovecho en comentarte que toda la confianza que tenía en la clínica angloamericana se vino abajo cuando llevé a mi hijito de emergencia (tenia 1 añito y vomitaba sin parar) y me hicieron esperar una hora UNA HORA!! (Mientras el seguía vomitando) para después decirme que no tenian forma de ponerle suero ni atenderlo que debía llevarlo a la sede de san isidro (después de haber esperado una hora)
    De igual manera me asustaron, me dijeron lo peor. Tan sólo 4 meses antes había perdido a mi papi porque en el Alcántara no tenían plasma para pararle una hemorragia y luego de días de espera y mucho papeleo para conseguir una ambulancia quede lo trasladara al Rebagliati, simplemente falleció con tan sólo 53 años, no te imaginas lo que sentí, fue como si su vida se me desvaneciera entre mis dedos como arena finita. Gracias al cielo con Elia una desconocida fuerza del universo logró sostenerme y finalmente me dieron claridad para llevarlo a otro lugar. Finalmente mi historia también tuvo un final feliz. Un gran abrazo! Y a disfrutar de tu bella familia ❤

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    • Andrea, qué fuerte lo que me cuentas. Lo malo es eso, que estamos en manos de los doctores cuando de salud se trata y eso a veces hace que se aprovechen. Es muy triste la verdad, pero felizmente lo de tu hijito tuvo un final feliz igual que mi caso, solo nos queda cuidarnos y como dice, sacar fuerzas de donde sea para no caer.
      Un beso grande!!!

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