Hace muchos días que quiero abrir mi blog, poner los dedos en el teclado y simplemente escribir. Pero de buenas a primeras, mis días parecen haberse reducido un porcentaje considerable si los comparamos con la longitud que tenían hace un tiempo. No sé si será el estrés, el trabajo, el frío, ya no sé qué más puede estar influyendo, pero al menos hoy quise despertarme, abrir la compu, y soltar. Digo soltar porque siempre para mí, escribir es como si botara todo lo acumulado. Eso que tienes guardad y no sabes a veces como expresarlo en palabras. A veces el ponerlo por escrito es más fácil y aunque algunos lean con «tonos» y le pongan «condimento» a lo que leen, en realidad es el lenguaje más neutral que puede existir. Entonces, aquí vamos.
Empezó junio, un mes complicado porque el título del mes es: DÍA DE PADRE, y hace algunos años no es la fecha más feliz de mi vida. Peo así como están esos detalles, también están los que te llenan de emoción y te alegran hasta el día más gris de todos. Marcel volvió a sus terapias de lenguaje (sí, a pesar que hable perfectamente, para llevar una terapia se evalúan otros aspectos). Pues, la terapia de lenguaje no siempre se recomienda SOLO cuando el niño «no habla», sino, como en el caso de Marcel, se debe llevar cuando el lenguaje solo se desarrolla de un lado funcional y no pragmático, cuando le falta esa parte «improvisada» de toda conversación, cuando se tiene ecolalias, o tal vez fijaciones en temas que solo a él le apasionan y le interesan en extremo (los números, series y secuencias, en el caso de mi chino). Entonces, empezó con sus terapias y en solo 4 semanas el avance ha sido increíble. ¿Como? Solamente dejando volar su imaginación, creando, y sobre todo CONFIANDO.
Escribo sobre esto porque me ha costado mucho aceptar y entender el ritmo de Marcel. Tengo dos hijos, de la misma edad y por ende tengo la ERRADA idea de que deberían evolucionar al mismo ritmo, pero no. No hay nada más falso que eso, porque cada uno es un mundo totalmente individual e independiente, con gustos y preferencias diferentes, con formas de pensar únicas, con personalidades distintas, y sobre todo, con formas de ser y crecer totalmente diferentes.
Hasta hace unos meses podía decir que Marcel era un niño al que le costaba entablar conversaciones, mirar a los ojos y contar historias inventadas por él mismo. Hoy me doy cuenta que todo es cuestión de paciencia y dejarlo a su propia velocidad. Es un niño con muchísimo potencial, inteligente, crariñoso, hábil e incluso ahora puedo decir que tiene una creatividad enorme (que era lo que más queríamos potenciar).
Ayer fue su 4ta semana de terapia, y suele luego de una sesión la profesora me escribe un mensaje al celular, y el de ayer simplemente me hizo llorar de alegría:
Hola Marité! Marcel se acaba de ir, cómo me ha hecho reír hoy día. Primero le hice acordar todas las canciones que canta en las mañana y se acordó, eso está muy bien. Porque está evocando lo que hace durante las mañanas, me cantaba una parte de la canción y yo se la ponía. Me parece genial que ya pueda evocar porque a partir de eso me puede contar que ha hecho durante el día o los fines de semana. Después pintamos un palito y yo a un palito le hice una cara y el le dibujo encima y me dijo «tu cara se desarmó», con una cara de pícaro que casi me lo como a besos y le dije «y quién desarmo mi cara» y me contestó «Marcel!! Riéndose un montón» después ya para salir al otro salón por más materiales le dije que tenía que recoger lo que ya habíamos usado y me dijo «ayúdame miss Ximena»….un súper trome ha estado hoy!! Me ha hecho reír demasiado!! También hicimos voces! Luego agarró dos estrellitas y dijo que eran Marcel y Nelle.
Tal vez no sea algo WOOOOW para muchos, pero para mi esto es una GRAN EVOLUCIÓN porque él solito está avanzando. Hoy cuando le pregunto qué tal en el nido, me cuenta lo que hizo, me habla de sus amigos, me cuenta qué quiere hace el fin de semana y hasta me cuenta algunos cuentos que solo pueden salir de la cabeza de un niño de casi 4 años. Yo todavía no tengo muy claro cómo será cuando vaya al colegio de «grandes» como me dicen ellos, pero lo único que sí puedo afirmar, es que sea lo que sea que necesite para seguir ayudándolo a crecer, lo haré cueste lo que cueste.
Seguimos avanzando, y ya tenemos 3 años 9 meses de aprendizaje…. aún nos falta mucho por recorrer.