Aunque al principio me costó muchísimo reconocer que lo que me estaba pasando era bueno, hoy lo puedo ver claramente.
Quedarme sin trabajo justo en ese preciso momento en el que más necesitábamos contar con un ingreso fijo, era una de esas situaciones perfectas como para mirar al cielo y preguntar el clásico «por qué a mí?». No pude hacer mucho, escuché y entendí. Las razones eran claras y concretas: el perfil de la empresa había tomado otro rumbo y yo ya no encajaba en él. Después de haber estado casi 3 años ahí, confieso que me dolió un poco recibir esa noticia que al final de todo, ya me esperaba.
El miedo me paralizó los primeros minutos. Preguntas como y ahora qué? Y si nadie me llama? Cómo haremos? y muchas más invadieron cada uno de mis pensamientos. De todas maneras estaba claro que aprovecharía esos meses para estar con los bebes (que más quisiera yo!) pero era justamente por ellos que estaba preocupada. Ellos necesitan de mucho más que amor, no sólo de eso se vive aunque suene crudo. Es real. Y me tocó vivirlo de golpe.
Al día siguiente otra tenía que ser la historia. Debía preparar mi CV de la mejor manera y con la cara más positiva de la vida debía emprender un nuevo camino: la búsqueda dura y pareja. Y no valía rendirse! Cosa que respeté unas semanas porque, seamos sinceros, a todos nos gana de vez en cuando el pesimismo y la frustración.
Durante casi siete meses pude estar al lado de mis hijitos. Estuve en sus primeros resfríos, sus primeras papillas, sus primeros balbuceos, miles de llantos que pude calmar a tiempo, muchas risas y carcajadas, primeras caricias, primeros juegos de a dos, pude estar en muchos momentos que serán siempre especiales para mí como mamá. Aprendí y crecí un poco más. Eso no se pone en ningún curriculum pero que bello trabajo el de ser mamá.
Por eso, gracias «empresa que no me renovó contrato después de dar a luz» porque me abriste muchas puertas que creí cerradas con cinco llaves. Gracias por darme la oportunidad de ser mamá a tiempo completo por casi siete meses. Gracias por hacerme crecer un poco más en este mundo que a veces puede parecer injusto pero no lo es al fin y al cabo. Gracias por hacerme entender una vez más que esa famosa frase de «todo sucede por una razón» es la más verdadera de la historia. Gracias por permitirme creer en mí y emprender nuevos retos que estoy segura, me llevarán a mi y a mi familia donde verdaderamente debemos y merecemos estar.
Gracias.