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Si estoy enfermito, me quedo en casita!

Hace unos días fui a una reunión con las mamis del nido y es increíble lo conectadas que pueden llegar a estar un grupo de mamás. Todas compartimos los mismos temores, inquietudes y ganas de ver crecer bien a nuestros hijos. Un grupo humano muy lindo en realidad.

Uno de los temas que más preocupa es el famoso «contagio». Es normal que cuando nuestros hijos empiezan a ir al nido / guardería / colegio, empiezan con la cuna o nido de virus y bacterias. Cuántas veces habremos escuchado lo difícil que es mantener a tu bebé sano cuando empieza el nido. La verdad es que uno no lo entiende del todo hasta que realmente los tiene en el lugar de los hechos.

El problema radica en los padres, son ellos quienes al ver a su hijo con un poco de moquitos, tos, mal de la panza o con algún tipo de ronchas que se multiplican y no hay rastros de zancudos a la vista, deben dejarlos en casa por uno o los días que sean necesarios. Obvio que si el niño es alérgico y se sabe que sus moquitos son a causa de eso, y el doctor así lo respalda, pueden seguir asistiendo sin problema. Pero si no es así, si es repentino y si el moco empieza a ser de color y más espeso, es sinónimo de que debe quedarse en casa.

En mi caso, cuando uno está malito lo dejo en casa y al otro también. Como siempre están juntos, comparten juguetes y a la vez comparten babas, es muy probable que se contagien. Lo mismo pasa en el nido. Pero a veces cuesta entenderlo e igual mandan a los pequeños al nido, tal vez porque ya coordinaron su día en la oficina, o porque no puede quedarse nadie con él en casa, pero es mejor pensar cómo solucionar el día a su lado que lejos de él contagiando y propagando un virus que por más pequeño que sea, puede mutar y hacerse grande.

Los niños quedarse en casa cuando presentan alguno de estos síntomas:
– Diarrea o heces que contienen sangre o mucosidad
– Una enfermedad que ocasione vómitos 2 o más veces durante las 24 horas anteriores, a menos que los vómitos sean causa de una afección que no es contagiosa
– Úlceras en la boca con babeo, a menos que sea causa de una afección no contagiosa
– Impétigo (una infección de la piel con úlceras eruptivas) hasta 24 horas después de haber iniciado el tratamiento
– Piojos en la cabeza (hasta que se haya proporcionado tratamiento adecuado)
– Sarna (una afección de la piel que causa comezón ocasionada por los ácaros) hasta que se haya administrado tratamiento
– Afecciones que sugieren la posible presencia de una enfermedad más grave, incluyendo fiebre, letargo, llanto persistente, irritabilidad o dificultad para respirar

Incluso con todas estas medidas de seguridad, es probable que algunas enfermedades se contagien en un centro de cuidado infantil. Para muchas de estas infecciones, un niño es contagioso por un día o más antes de tener síntomas. Esa es otra razón por la que es importante lavar sus manos y la de su hijo con frecuencia. Usted nunca sabe que su hijo u otro niño está transmitiendo un virus o bacteria. Afortunadamente, no todas las enfermedades son contagiosas (por ejemplo, la infección de oído). En estos casos, no es necesario separar a su hijo enfermo de los otros niños. Si se siente bien para estar en la guardería o en la escuela, él puede ir siempre que un miembro del personal pueda darle el medicamento que está tomando. Algunas veces su hijo enfermará mientras está en la guardería y necesitará irse a casa. Usted debe contar con un plan para que alguien pueda recogerlo.

Es importante también enseñarle al niño desde chiquito a cuidarse. De esta forma se previenen contagios:
– Enséñale a lavarse bien las manos, especialmente después de ir al baño, después de toser o estornudar y siempre antes de las comidas.
– Incluye en su mochila un frasco con líquido desinfectante para las manos (generalmente contienen alcohol) o toallitas desinfectantes pre humedecidas para que las tenga disponibles en la escuela en cualquier momento.
– Enséñale a no compartir sus toma todos, sus botellas de agua.
– Actualiza las vacunas de tu hijo(a) para que esté protegido(a). Consulta con el pediatra sobre las vacunas o refuerzos que necesita según su edad.

Creo que es básico que nosotros los padres tengamos en cuenta que es mejor mandar a nuestros niños sanitos para que disfruten sus días aprendiendo cosas nuevas y a a vez evitamos que se propague la infección.

El cuidado viene de casa!

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Prevenir, es vivir!

En estos últimos meses se ha escuchado mucho sobre los desastres naturales en el mundo entero. Frases como «el mundo está loco», «qué extraño está el clima», «qué miedo tantos cambios», han sido las protagonistas de un tiempo a esta parte. Tampoco se salvan las frases alarmistas, o pensamientos fatalistas, como pensar que nos estamos salvando por poquito. Ya le tocó a nuestros países vecinos y a nosotros nada. Como si estuviéramos esperando que algo pase.

La verdad, cruda y dura, es que algo tiene que pasar pero nadie, absolutamente nadie, sabe ni cuándo ni cómo ni dónde. Simplemente, vivimos en una zona sísmica que tarde o temprano tiene que temblar. Por eso no podemos hacer más que estar preparados y hacer planes de acción en la casa y con la familia.

  • Involucra siempre a tus hijos. Aunque estén pequeños y no entiendan muy bien, trata de contarles qué es un temblor y los cuidados que deben tener si sucediera uno estés o no estés con ellos.
  • Plan de reunión después de un desastre. Es necesario que estudien como familia qué hacer si es que les toca un desastre si están fuera de casa. Queden en un punto de reunión y respétenlo (nada de ir a buscar al otro primero, se pueden cruzar y nunca se encuentran). El punto de reunión es vital (de preferencia que sea la casa).
  • Lista de contactos y números de emergencia. No siempre es fácil encontrar o recordar números de teléfono importantes cuando se está en una crisis. Incluye en un listado simple los teléfonos de la casa, del trabajo, del celular y el nido o escuela de tus hijos. También el de algunos vecinos, médicos de la familia, bomberos, seguro de salud, hospitales cercanos, policía local, y familiares más cercanos. Procura tener copias de esa lista de contactos junto al teléfono en la casa, en el trabajo, en el carro y en tu billetera. Asegúrate de que tu pareja y las personas que cuidan a tus hijos tengan también copias de la lista donde además es importante que incluyas tu dirección de correo electrónico (puedes guardar esa información en la pañalera o mochila de tu hijo). Recordemos que a veces las líneas no funcionan pero sí el correo electrónico.
  • Prepara una ruta de evacuación en casa. A veces es bueno quedarse inmóvil en un lugar seguro dentro de la casa y luego salir con cuidado y de prisa durante los 60 segundos siguientes al temblor. Practica esta ruta de día y también de noche.
  • Incluye a tus mascotas. Ellos también son parte de tu familia.
  • Prepara tu mochila de emergencia y tenla siempre a la mano:
    • Agua embotellada. Mantén al menos un suministro de agua de tres días para cada miembro de la familia, además de agua para las mascotas.
    • Alimentos no perecederos y utensilios. Un abridor de latas manual (no eléctrico); vasos de papel y utensilios. Empaca un suministro de comida de tres días para cada miembro de la familia, que incluya cosas como leche en polvo o fórmula y fruta, carne, sopa, vegetales y jugo en lata. Comida para bebés y para las mascotas. La fórmula para bebés puede dañarse con el calor o el frío, así que no la guardes a menos que esté protegida de temperaturas extremas.
    • Botiquín de primeros auxilios. Los artículos clave incluyen tela adhesiva estéril y gasa, loción antiséptica, un termómetro, pinzas, guantes de látex y un antiinflamatorio. Además, pide a tu médico o farmacéutico recetas para medicamentos de primera necesidad para guardar entre tus objetos de emergencia. Ten en cuenta que el calor o el frío puede dañar tus objetos de emergencia, así que no los almacenes a menos que estén en un lugar climatizado. Si decides guardar medicamentos de primera necesidad, comprueba las fechas de caducidad cada tantos meses y reemplázalos según lo vayas necesitando. (Comprueba las fechas de caducidad cada seis meses y reemplaza los alimentos según vaya haciendo falta).
    • Una radio a pilas y pilas extra. La necesitarás para poder escuchar en la radio noticias sobre la situación e instrucciones de evacuación.
    • Una linterna y pilas extra. Los cortes de suministro eléctrico suelen ocurrir, sin importar el tipo de catástrofe.
    • Un juego extra de llaves para el auto. Siempre tener un juego de llaves para auto y también de la casa nunca está de más.
    • Dinero en efectivo. No cuentes con poder acceder a un cajero automático. Aunque una tarjeta de crédito debería servir para gastos como gasolina, comida y hospedaje, no funcionará si no hay electricidad. Tener monedas y algo de billetes nunca está demás.
    • Documentos importantes. Ten copias de los DNIs, pasaportes, certificados de nacimiento y de matrimonio, y papeles de seguros, sobre todo si hay un incendio o si necesitas evacuar. Guarda estos documentos en un contenedor a prueba de agua y fuego, que puedas colocar en el maletín.
    • Suministros de higiene personal. Guarda papel higiénico, jabón, cepillos de dientes, desodorante, tampones, compresas, pañales y toallitas húmedas en tu kit. No olvides la crema para bebés.
    • Ropa y saco de dormir. Empaca una muda de ropa y un par de zapatos para cada miembro de la familia junto con un saco de dormir. Mantas y almohadas si es que tienes espacio.
    • Juegos y libros. Si se va la electricidad, no tendrás televisión o computadora para pasar el tiempo. Libros, juegos y juguetes mantendrán la mente de todos ocupada y sin pensar en lo peor. Coloca algunos que crees que puedan entretener a los más pequeños.

No hay nada como estar tranquilos en caso algo suceda. De nada nos sirve vivir atemorizados y alarmados, no se disfruta nada la vida si andamos esperando que «algo malo suceda». Nos encomendamos al de arriba y ya está. Estando juntos, seguros y preparados lo lograremos.

Espero este texto les sea de ayuda y puedan aplicarlo en sus casa y con sus familias.

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Alimentos restringidos

Recuerdo que cuando los bebes empezaron a comer a los 6 meses habían algunos alimentos que no podían consumir por riesgo a desarrollar alergias. Pues su organismo a esa edad recién se está formando y adecuando al medio en el que viven ahora, por eso se prohíben cosas como la espinaca, el huevo (entero), algunos tipos de pescado, la naranja, la fresa, los frutos secos, entre otros.

Me animé a compartir esto porque seguro muchas mamis no saben qué darle a sus bebes menores de un año a pesar que algunos meses después de ir introduciendo los sólidos el doctor te dice: «dales comida de la misma olla que preparas la comida de la casa». En mi caso no había forma de darles por ejemplo ají de gallina si eso hacían en mi casa. Soy traumamama como todos ya lo saben.

Encontré una infografía muy buena, esto es para los bebés menores de un año. Recuerdo cómo algunos me recriminaban por hacer papillas sin sal. La verdad era que a mí no me sabían feo porque les ponía aceite de oliva y trataba de mezclar verduras que juntas sean agradables. Jamás haría que mis hijos comieran cosas feas pues. Y así estuvieron hasta el año e incluso ahora comen poca sal, y pocos condimentos. Es cuestión de costumbre. Ellos cuando son bebés no tienen con qué comparar lo que comen, si toda su vida han tomado leche, cualquier alimento es nuevo para ellos. De ahí a que les parezca «desabrido», es poco posible.

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Ahora, pasamos el años y buenas noticias! Pueden probar de todo según el doctor. Sin embargo, hay otros alimentos que no son recomendables hasta por lo menos los 2 o 3 años de edad. En estos momentos deben evitarse los alimentos cuya forma o consistencia tenga el riesgo de bloquear la tráquea y, por tanto, pueda causar que los niños se atoren o atraganten. Mi trauma máximo y supremo! Los especialistas en pediatría recomiendan, sobre todo, evitar que los pequeños coman trozos mayores de un centímetro.

Algunos de los alimentos con mayor riesgo de atragantamiento son:

  • Uvas enteras
  • Aceitunas con hueso
  • Salchichas sin cortar en trozos
  • Trozos de carne muy grandes
  • Palomitas de maíz
  • Uvas y pasas
  • Chicles y gomitas
  • Verduras y vegetales crudos
  • Caramelos duros
  • Pescado con muchas espinas

Por otro lado, están los alimentos poco nutritivos o que pueden generar alergias como:

  • Pescado azul
  • Frutos secos enteros
  • Leche descremada
  • Gaseosas
  • Jugos comerciales
  • Chocolates
  • Golosinas
  • Comida chatarra
  • Mariscos

Cuando se trata de cuidar la salud de nuestros hijos, TODO LO VALE. Entonces si es necesario privarlos por unos años de cosas que pueden hacerles daño, ¿por qué no? Total, tenemos otros alimentos que son sanos y muy nutritivos que pueden reemplazar uno o todos los mencionados anteriormente.

Me gusta este tema así que me gustaría saber si quieren saber sobre algún alimento en especial para hacer mi respectiva investigación y poder escribir y contarlo todo al respecto. Espero sus comentarios!

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Él decidió dejar el chupón

Recuerdo que cuando los bebes tenían solo un mes de nacidos existían momentos en que se fastidiaban y parecían tener hambre pero ni la leche los calmaba. Pensé por un tiempo qué podía hacer e intenté muchas cosas hasta que les presenté el chupón. Sé que muchas mamás están en contra de él, y respeto su punto de vista, pero otras no le ven nada de malo al hecho de usar chupón (siempre y cuando sea de rato en rato y con la promesa de tener claro que en algún momento empezará la guerra por dejarlo).

Algunos bebés no pueden vivir sin su chupón, en el caso de los mellis, cada uno tiene su costumbre y preferencias. Por ejemplo, Marcel lo pedía cuando estaba un poco fastidiado por los dientes, o cuando quería dormir. Y Naelle, decía «popon», cuando quería su chupón y cuando ya lo tenía en la boca decir «pito» porque quería su trapito para tener el paquete completo y poder irse a la camita.

Muchas veces me preguntaron cómo haría para quitarles el chupón y cuándo pensaba hacerlo. Y la verdad es que nunca fue un tema de preocupación para mí. Sé que existen muchas formas para quitar el chupón a un bebé ya sea de manera gradual o repentina, como por ejemplo:

1. Cambia el chupón por vasos con cañitas para sorber. Estos fomentan el desarrollo de la coordinación entre la vista y las manos, y ayudan a poner fin al hábito del chupón.

2. Habla con el niño y recuérdale que ya es mayor, que ya va al nido, sabe caminar solito y que no necesita de un chupón para calmarse.

3. Puedes ponerle metas como por ejemplo, que use el chupón solamente para dormir, y dale un premio por conseguir esas metas.

4. La reafirmación positiva funciona bien con los niños de más de un año. Así que elogia a tu hijo cuando se comporte como un niño mayor.

5. Ten paciencia, mejor ir poco a poco. Elige el mejor momento para él, siempre en una situación tranquila y relajada, que no coincida con cambios importantes en su vida o en la vida familiar que puedan afectarle.

6. Háblale del ratón de los chupones. Es el primo del ratón de los dientes que más adelante lo visitará y ha venido por su chupón.

7. Lee cuentos con tus hijos sobre los chupones. Los cuentos y libros ayudan a lidiar con los cambios importantes en la vida de los niños. Puedes leerle o inventarte cuentos sobre niños o animalitos que dejan el chupón.

8. Dile a tu bebé que otro niño lo necesita más que él. Puede que ya entienda lo que es regalar y quiera dárselo a alguien que lo necesite más.

9. Piérdelo en algún recóndito lugar. A veces los papás también necesitamos una manito para no darle el chupón a los bebés para calmarlos de una pataleta.

10. Malogra el chupón. A veces cuando el chupón pierde su forma (por ejemplo cortarle la punta) ya no es lo mismo para el niño. Así puede que lo deje y no lo quiera usar más.

Consejos válidos TODOS, y seguramente son perfectos y también efectivos. Pero en mi caso esperé y dije «la naturaleza y mis propios bebés querrán dejar el chupón por sí mismos». Y resultó una frase muy cierta, pues uno de mis dos bebés ya no quiere el chupón ni para dormir. Un buen día, antes de dormirse en su coche como todas las noches quise ponerle el chupón y solito con su manito me empujó diciendo «na na na». Pensé que aún no quería dormir y luego de un rato volví a ofrecerle y lo mismo pasó. Esa noche durmió sin su chupón y las noches siguientes, lo tiraba al suelo ni bien se lo ofrecía. Mi bebé decidió no usar chupón de una noche a otra. Y estoy segura que lo mismo pasará con mi Naelle. Solo esperaré a que ella lo decida.

Por lo pronto, en el fondo lloro sola porque mi bebé se hace grande y ya no quiere más su chupón azul. Ese que me ayudó tantas veces a calmar un llanto incomprendido, o un cólico de gases, o un ataque de hipo. Ese que siempre será recordado como el primer «caramelito» de mis bebés. Sí, soy una mamá nostálgica… lo sé.

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De bebe… amaba su chupón azul!!!

Vamos a ves si tenemos la misma suerte con la hermana. ¿Será?

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Cuesta aceptarlo

La parte más difícil de ser mamá, viene cuando nos damos cuenta que no somos «super poderosas». Cuando comprendemos que allá afuera, en el mundo real, no podemos proteger a nuestros siempre bebés como cuando vivían en nuestra panza. El lugar más seguro y cómodo que existe en el planeta.

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Cada día me cuesta más aceptar que no puedo controlarlo todo: las caídas, los golpes, las enfermedades, los virus, las peleas (con mordidas o jalones de pelo), y demás cosas que pasan en el día. Seas una mamá full time, o una mamá que trabaja y regresa por la noche a jugar y estar con ellos como si fueran las 6 am, es lo mismo. No todo está en nuestras manos y debemos aceptarlo.

Las mamás tenemos miedos profundos que hasta nos da miedo compartir, pero son normales. He tenido la oportunidad de compartirlos con gente de confianza porque simplemente necesito sacar esos traumas de mi sistema y coincidimos con ciertos grados de diferencia en los niveles de preocupación obviamente. Yo, siempre me he caracterizado por ser demasiado nerviosa, y cuando se trata de algo que pueda pasarles a mis hijos más aún.

Hace unos días me llamaron de mi casa luego de un día normal de nido y me contaron que Marcel se había caído de la resbaladera llegando al piso y se había golpeado la frente. Primero vienen las mil preguntas con los detalles (que de nada sirven pero todas las mamás queremos saber): lloró mucho? está rojo? le salió moretón? salió sangre? mándame foto… y muchas otras cosas que ya no tienen importancia porque ya pasó y gracias a Dios está muy bien y con el ánimo igual que siempre. Activo y con ganas de jugar y jugar sin parar. Es decir, como si nada hubiera pasado. Luego viene la rabia: por qué pasó? nadie estaba con él? le habrá dolido mucho? y habrá sido como dicen o se cayó desde más alto? Luego pienso y me respondo que nada eso ya importa porque ya pasó.

Pude haber hecho algo para impedirlo? No, no pude porque así se dieron las cosas y no quiere decir que porque yo no estuve ahí, pasó. Ha podido pasar hasta conmigo presente. Es cierto que yo me adelanto y elimino cualquier «potencial» peligro al paso, pero igual! Son cosas que pasan, a una le duele más que al niño, pero es grande la frustración.

Cómo quisiera tener una extensión de mí al lado de los dos todo el tiempo, pero ellos también tienen que creces y aprender a cuidarse. Y si se enferman, pues ahí estaré para pasarla con ellos y tratar de aliviar su dolor con TODO lo que esté a mi alcance y más. Pero no puedo estar ahí para impedirlo, porque no depende de mí. Lamentablemente no depende de mí sino de la vida misma.

Hoy es uno de esos días en los que me siento atrapada en mis pensamientos.

Mi poder tiene un límite, y me cuesta aceptarlo.

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Pequeño castor en casa

Hace unos días cuando recogimos a los bebes del nido la miss nos recibió con una de esas frases que hielan la sangre. Con algunas palabras que, en conjunto, suenan a peligro, a terror, a ganas de gritar con cara de angustia diciendo QUÉ HA PASADO!!! La gran frase pronunciada en «slow motion» tal cual, fue: «hoy hubo un incidente con Marcel».

Cuando me explicaron lo que había pasado pude respirar tranquila. Pues no implicaba ningún accidente, golpe o caída grave. Lo que había pasado era algo que veía venir hace unas semanas. Resulta que desde hace un tiempito Marcel tiene al parecer una «obsesión» con morder. Y no morder juguetes sino dedos, de la mano y del pie, espaldas, ropa que llevo puesta, o cualquier cosa que de la nada él vea apetecible en determinado momento.

A veces estoy en la cama sin zapatos, o mi mamá, y viene corriendo a tocarnos las piernas mientras ve tele y de la nada «juash» un mordisco en el dedo chiquito del pie nos hace gritar. Él nos mira con su sonrisa de bandolero y se va corriendo en un buena caso. También hay veces que lo hace repetidamente y cuando tratamos de alejarlo, él cual zombie, intenta regresar con la boca abierta de par en par por más mordidas.

Me preguntaba si esto era normal y le consulté a varias mamás y también a san google que todo lo sabe y a veces lo inventa. Y sí, es normal y es una etapa que debe ser corregida sutilmente.

La literatura sugiere que la fase de morder puede ser una del desarrollo normal para bebés y niños de hasta dos años de edad, sin casi ninguna importancia duradera en el desarrollo.

Los niños muerden con menos frecuencia a medida que van creciendo, pero a esta edad (de 1 a 3 años), los mordiscos son todavía comunes en situaciones en que hay muchos niños juntos, como el nido o el parque.

Los niños pueden morder si no son capaces de manejar una situación o si se sienten paralizados por el miedo, el enojo o la frustración, por ejemplo. O bien pueden morder porque alguien les mordió a ellos. A esta edad, los mordiscos se suelen producir durante una pelea, cuando se sienten agobiados o cuando temen que les vayan a hacer daño.

Un cambio importante, como un nuevo bebé en la familia o cambiar de casa también puede causar problemas emocionales que desembocan en comportamientos agresivos. A veces, los niños muerden solamente para ver qué efecto tendrá, porque están alborotados o excesivamente estimulados, o como expresión equivocada de amor.

Saber que los mordiscos son algo común no hace que sea más fácil. No sólo porque te disguste el hecho de que tu hijo muerda a alguien, sino porque los padres del otro niño pueden sentirse muy disgustados y la escuela puede tomar medidas disciplinarias.

Lo más importante es saber que los niños no quieren atacar. Prefieren jugar, explorar y disfrutar con sus amigos. Comprender lo que hay detrás de su comportamiento es el primer paso para conseguir que tu hijo lo abandone.

Podemos hablar de algunas causas comunes para atribuir las mordidas de nuestros «angelitos mordedores». Pero estas líneas son orientativas, ya que no existe estudio alguno. Todo depende de la realidad cotidiana del niño, la relación con el entorno y las circunstancias familiares en las que se encuentra el grupo familiar, pero para saber porqué tu hijo muerde primero debes observar un poco y guiarte por las probables causas que detallaremos a continuación. Estas causas son recopiladas de experiencias y de historias de mamitas como nosotras:

Energía acumulada
Algunos días nuestros pequeños tienen un exceso de energía sin descargar y en ocasiones encuentran en la mordida una forma de liberar ese excedente, suelen estar acompañadas de risas y movimientos pendulares de cabeza y tensión en brazos y cuello.

Encías molestosas
Algunos bebés están molestos por sus encías y necesitan morder para calmarse. Piensa en sus inflamadas encías

Deseos de llamar la atención
A veces quieren hacerse entender y al no contar aún con el lenguaje suficiente, recurren a la mordida para hacerse » ver » u «oír» intentan así llamar la atención tanto de un adulto como de otros niños.

Manifestación de amor
También, las mordidas suelen ser manifestaciones de amor y no de agresión y es importante que así se lo tome, ya que las impresiones que recibe de los que lo rodean en relación a sus acciones, le quedan registradas y son las que lo modelan.

Demostración de que es el dueño
A través de la mordida, los niños intentan por lo general apropiarse un poquito de ese otro al que ellos quieren y el impulso por conocer y apropiarse, lo llevan a esta actitud, como cuando comenzaron chupando todo lo que había a su alrededor, ya que la boca es el primer vehículo a través del cual conocen el mundo.

Descargas agresivas
En algunas circunstancias pueden ser descargas agresivas pero bajo circunstancias de mucha tensión para el niño o como acción para repeler u oponerse a alguna situación.

Lo que se debe hacer cuando pasa esto es hablarle. En ningún caso se debe gritar o morder de regreso al niño. Se debe hablar de manera tranquila y calmada explicando que eso no se debe hacer. Con amor, cariño y con ternura podemos hacer que nos entiendan y que esto se corrija de manera progresiva.

Finalmente, en el caso de Marcel y su «incidente en el nido», fue una mordida. Y la mordida fue a otra niña, esa niña, es mi otra hija, su hermanita, Naelle. La situación fue la siguiente: estaban jugando con globos de agua y de la nada (según la profesora), Marcel dejó su globo y corrió a morder la manito de su hermana. Mi interpretación es la siguiente: él quería jugar con su hermana y de paso quitarle su globo, ella no quiso dárselo y por eso la mordió como reclamo.

Mi pobre china quedó con la manito un poco rojita y decía que tenía una «yaya» pero cuando le preguntábamos quién la había mordido, ella por nada del mundo echaba a su hermano. Solo nos respondía diciendo que había sido «roshi». Casualidades de la vida, su Miss se llama Rosita. Bien difícil que ella la muerda no? Y además, otras mamás que estuvieron por ahí nos dijeron cómo habían sucedido las cosas.

Por mi parte, tengo tarea en casa con un hijo mordelón.

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Un premio para mamá de doble yema

Este es el segundo blog que escribo, premios de distintos tipos me han enviado, y hoy recibí uno que considero especial. Viene desde el otro lado del mundo y me lo dio una mamá de estreno que lo está haciendo más que bien. La emoción al leerme entre los nominados me emocionó tanto como la primera vez que me dieron un premio muchos años atrás.

 

Esta vez, el premio me lo dio Mu del blog La misma Mu. Una linda chica que narra lo que vive junto a su esposo, su gato hermoso y su princesa que hace no muchos meses llegó al mundo. Entren, lean y síganla. Es realmente bueno, reconfortante y fresco leerla. Tiene una particular forma de ver la vida que contagia a cualquiera. Gracias por el premio!

Ahora a lo nuestro:

Blogger Recognition Award

  • Escribir un post para mostrar el premio y el logo (OK – Falta el logo)
  • Contar de una forma breve cómo empecé a escribir mi blog
    Hace muchos años empecé la aventura en Blogger. Le escribía cartas a mi papá quien había fallecido recientemente. Siempre me gustó escribir así que vi en eso una terapia que me ayudaba a llevar el dolor de manera distinta. Luego me comentaron que ya debía ir soltándolo, dejándolo ir porque si quería ser mamá primero debía dejar de ser hija. Fue así como luego de un tiempo que me enteré que sería mamá de mellizos, me atreví a cambiar de giro mi aventura. Contarlo todo y sin temores con respecto a este loco mundo de la maternidad.
  • Dar algunos consejos para los nuevos blogueros
    Busca algo que te inspire, que te llene de sensaciones y sentimientos lindos y escríbelo. Poco a poco irán saliendo detalles que creías no conocer.
  • Decir el blog que te nominó y mostrar su enlace                                                                                              Listo! Me nominó Mu y estoy segura poco a poco recibirá muchos premios por su preciosos blog.
  • Nominar a otros 10 blogueros 

Bueno, espero puedan pasar a visitar cada uno de los blogs mencionados porque cada uno tiene su estilo y su propia historia. Sin duda, vale la pena leerlos.

Gracias una vez más por el premio!!!

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Felices 20 meses!

Llegó abril con los 20 meses melliceros. Increíble que falte tan poco para los dos años y me quedo calva de solo pensar en todo lo que implica esa edad: averiguar colegios, matrículas, terribles 2… y cuántas cosas más. Pero lo bueno es que seguimos creciendo juntos, de a poquito. Ellos aprenden a hacerse cada vez más un lugar en este mundo y yo aprendo un poco más de lo que esta aventura de ser mamá.

Como cada mes se caracteriza por algunas conductas, comportamientos o avances generales, aquí algunos puntos que pueden resultar interesantes. Es necesario recordar que cada bebé tiene si tiempo, y ellos mismos saben cuándo es mejor para ellos caminar, hablar e incluso hacer algunas cosas que otros bebés de su edad tal vez ya hacen. Todo a su tiempo.

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Motricidad
Ahora que está más grandecito, tu hijo probará nuevas destrezas que antes no conocía. Los hombres suelen tener más tendencia a patear y las niñas a bailar. Pero no es una «ley», pues en mi caso Naelle ama patear la pelota tanto como su hermano. Acompáñalos haciendo gimnasia con música, rondas, saltos, movimientos de brazos y piernas o arrojar una pelota. Puede resultarles fascinante mojar sus manos en témpera lavable y hacer la estampa sobre un papel, o usar una fibra o marcador de punta gruesa con colores brillantes. Estimula estas actividades artísticas que lo ayudan a mejorar motricidad y sensibilidad. Por ejemplo, jugar con gelatina es simplemente un sueño para ellos. Inténtalo y verás.

Lenguaje
Ahora ya puede que te hayas dado cuenta si te tocó un parlanchin o un reservado. Tu hijo tiene un vocabulario más amplio en la intimidad y quizás se inhiba frente a personas extrañas. Puede hacerse entender perfectamente con frases cortas pero con sentido. Que no te sorprenda que en algún momento no entiendas lo que quiera decirte, lo cual hará que se moleste un poco por la frustración. Ayúdalo y compréndelo.

Juegos
Encajar figuras puede llegar a ser interesante utilizando formas diseñadas para la edad. Amasar y dar forma con moldes de plástico puede resultarle atractivo. Reconocer los pares iguales también es un juego didáctico para aprender a reconocer similitudes y diferencias. Puedes comenzar a mostrarle con sus dedos los años que tiene o que cumplirá próximamente y de esta manera aprender las formas de los números del 1 al 10. Puedes pedirle que ordene cubos en filas de a uno, de a dos o de a tres. También empieza a despertar el interés en libros de hojas duras y dibujos llamativos. Los que tienen sonidos o son para abrir ventanas, son geniales.

Conducta
Puede que las pataletas ya empiezan a hacerse presentes. Lo normal o regular es que empiecen a los 2 años, pero hay otros bebés que incluso desde el año y medio ya empiezan con esta tan «temida» etapa para los padres. Se debe tener extremo cuidado con esto y sobre todo investigar sobre el manejo respetuoso de las pataletas para obtener buenos resultados.
Por otro lado, la curiosidad sobre sus genitales es una constante a esta edad. Cuando se tocan suelen tener sensaciones agradables que los invitan a continuar haciéndolo. Cuando lo notes, déjalo continuar un tiempo prudencial y luego invítalo a compartir alguna actividad que le resulte interesante, un juego, la lectura, bailar o cantar. Jamás lo reprendas o le digas que no se hace. Si lo hace en público, es porque esa actividad le resulta mas estimulante que lo que está ocurriendo a su alrededor. No te preocupes, distráelo con otra cosa.

Control de esfínteres
Si te das cuenta de signos como esfuerzo, agacharse o esconderse, pregunta si desea ir al baño y si dice que sí, acompáñalo al baño y quítale el pañal. Invitándolo a sentarse en el inodorito. Si lo hace festeja ese logro. Si aún no muestra señales de querer quitarse el pañal o querer avisar para ir al baño, no lo fuerces. Aún no es su momento.

Comportamiento social
Si tu hijo pega o muerde y ya te has ido de una reunión por esta razón, continúa haciéndolo tantas veces como sea necesario, hasta que aprenda que no está bien. También recuerda que debes enseñarle a besar, abrazar o acariciar para demostrar su cariño. En general una mordida, es un beso que no sabe dar y el cariño que no sabe expresar. Trata de entenderlo para que él pueda entenderte a ti.

Y así es como se viven los 20 meses de un bebé que ya está cerquita de los terribles dos. Seguimos aprendiendo y creciendo juntos como cada mes.