Es momento que hacer una nueva sección en el blog: cosas que nadie nos dijo antes de ser papás. Hay tantas cosas que vivimos en el curso que es inevitable pensar por qué nadie nos avisó ni nos contó algo al respecto. Y creo que de eso se trata el aprender a ser padres. A vivir el día a día aprendiendo.
Hoy hablaremos un poco del famosos «horario». Esto es algo fundamental en la vida y relación bebé-papás. Si es que quieres tener algo de vida, y ocuparte de tu propio cuerpo (necesitas bañarte en algún momento no?) debes hacer un horario. Obviamente no estresarte como a muchas veces yo lo hice pensando que la hora era inamovible y tenía que respetarse ni un minuto más ni un minuto menos. Y sumando a eso mi estrés porque se terminaran TODAS las onzas de leche del biberón para que salieran rapidito de la prematuridad, mi poquísimo pelo me recuerda que no fue una buena estrategia.
Al inicio, cuando salimos de la clínica, la consigna era darles leche cada 2.5 horas, hasta 3 máximo. Eso sí lo cumplía al pie de la letra porque si pasan mucho tiempo sin tomar, pero hablamos de muchas horas, pueden deshidratarse. Muchos me preguntaban si entre leche y leche podía dormir. La respuesta es que no. Cuando dormían antes tampoco podía, por qué? Porque aprovechaba en hacer otras cosas como bañarme, a veces lavar biberones y hasta arreglar mis cajones locos. Y por qué no? salir a comprar pan para ver la calle. Eran esos días en que la noche y el día eran iguales, y los lunes y domingos también. La vida caóticamente hermosa de ser mamá había empezado.
Más adelante, cuando ya empezaron a comer alimentos sólidos, dormir menos, gatear más y jugar todo el día el horario cambió: menos tiempos para cosas «extras» y más energía para gastar.
6:00 am primera leche del día
7:30 am (aproximadamente) se despiertan y viene el cambio de pañal y ropa
8:00 am empieza el juego y gateo
9:30 am vitaminas (mucovit y feranin)
10:00 am jugo de frutas
10:30 am siesta (de apenas media hora para luego seguir jugando)
12:00 pm almuerzo y postre
1:00 pm juego y gateo
2:00 pm siesta (de máximo 1 hora)
3:00 pm segunda leche del día
4:00 pm juego, gateo, musica y videos
6:00 pm cena (sin postre)
7:00 pm juego ya tratando de bajar las revoluciones viendo dibujitos
7:30 pm baño e intentar hacerlos dormir por aproximadamente 1 hora (en el mejor de los casos)
9:30 pm última leche del día
(esperar hasta que alguno chille para que corra a ellos para volverlos a dormir y empezar de nuevo el día)
En esos huecos, no me queda espacio ni para dormir en las tardes porque no muchas veces coinciden en las siestas. Cuando estoy con ellos el fin de semana, duermo a uno y al acostarlo y correr a dormir a la otra se despierta cuando la logro acostar a ella. Es así una real vida mellisal. Por eso, si tienes un horario todo se ordena, y tal vez no puedas dormir, pero aunque sea puedes bañarte y hacer lo que tengas que hacer en esos huecos de respiro que nos son mucho al día pero son. Además, quién dice que una «siesta» de 5 minutos en el baño antes de la ducha no es reponedora? Créanme, lo es!!!
Y la verdad de todo, es que una se acostumbra. Es tan grande el amor por los hijos que siempre habrá lugar para una cargadita más, un arrastre por el suelo más, un berrinche más calmado con un paseito en brazos aunque duelan, todo eso y más por ver esa sonrisa hermosa en la carita perfecta de tu hijo. La creación más perfecta. de todas que salió de ti.
Así que, si no te lo dijeron antes, o si te lo dijeron pero no lo creíste, es bueno hacer de un horario una rutina habitual. Además, creamos en nuestro bebés un hábito y aunque parezca increíble, les enseñamos a que todo tiene un orden desde el inicio de sus días.
Una mamá feliz, es una mamá ordenada, con un horario bajo la manga.