Hace unos días el caso de mi pequeño lanzador de juguetes en una conocida ludoteca, revoloteó las redes sociales. No pensé que llegara a tanto mi experiencia, y cabe señalar que no fue para nada con mala intención. Pero este suceso me llevó a conocer algunos puntos de vista que me gustaría rescatar para conversar al respecto.
¿Está mal que un niño juegue vaciando el contenido de un cesto al suelo? Es obvio que cuando un niño lanza cosas a propósito, contra la pared, contra otro niño o contra cualquier persona con evidente intención de hacer daño, categóricamente SÍ. Eso está mal, y por ello están sus padres para corregirlos y poder enseñarles buenos modales. Los cuales se van aprendiendo poco a poco, ya que su cerebro, aún en formación y maduración está experimentando cosas nuevas y tiene derecho a olvidarse de vez en cuando. De a pocos se logra mucho, y este niño pronto empezará a dejar de hacer eso.
Pero si tenemos un niño explorador, curioso empedernido que ama poner las cosas en el suelo para poder apreciarlas mejor, puede pecar de emocionado y tal vez vaciar el cesto de juguetes al suelo pero no para hacer algún daño, sino para poder ver bien todo lo que contenía el cesto. Aquí también nosotros como padres los debemos invitar a guardar nuevamente el contenido y enseñarles que hay que ser un poco más delicados. Pero a lo que voy es a lo siguiente, un niño que tira las cosas para jugar no es un malcriado ni tiene padres que no son civilizados. Es un niño que está conociendo el mundo. Aquí más detalles:
Botar o lanzar objetos es una nueva y divertida habilidad para muchos niños de entre 18 meses y 3 años de edad. Poder abrir los dedos y soltar un objeto requiere un dominio de las habilidades motoras finas, y lanzarlo lejos precisa una buena coordinación de la vista y las manos. No es de extrañar que tu hijo quiera practicar esta emocionante habilidad.
Ellos están descubriendo que lo que lanzan cae hacia abajo y tal vez puede rebotar. Incluso les llama mucho la atención el sonido que emite cada material cuando choca con el suelo. Mi chino por ejemplo ahora cuando algo se cae dice: «Oh! She cayó!» y le enseño que eso pasa cuando suelta un objeto o lo empuja de la mesa de comer por ejemplo. Y es totalmente normal que lo vuelvan a hacer al instante que lo recogiste. Son niños, así son y así los amamos.
Es una etapa difícil para nosotras, pues nos toca limpiar o arreglar lo que sus traviesas manitos hacen: tallarines al suelo, legos, piezas de rompecabezas, platitos de plástico, cucharas panes, y lo que sea que tengan en su mano que les provoque «ver volando hacia el suelo».
«A menos que tu hijo lance una piedra por una ventana o haya amenazado con hacer daño a alguien, no lo castigues”, señala una conocida psicóloga infantil.
Sin embargo, existen algunas sugerencias para llevar la fiesta de la mejor manera posible:
Enséñale qué es lo que puede y lo que no puede lanzar: El pequeño aprenderá lo que no debe botar lejos con más rapidez si hay muchas cosas que sí le permites, e incluso le animas, a lanzar. Las pelotas son una elección obvia (tener pelotas blandas en la casa reducirá el riesgo de accidentes). Pero los juegos de lanzar (como tirar bolsitas llenas de arroz en una cesta o lanzar piedras a un estanque) son incluso más divertidos para un niño de 2 años, sobre todo si juegas con él. El mensaje que quieres transmitir es que lanzar cosas está bien mientras lance las cosas apropiadas en el lugar adecuado y en el momento preciso. Además, estimulas su motricidad gruesa de una manera super divertida.
Corrige de manera entendible y calmada: Si el pequeño tira una piedra o un objeto inapropiado, quítaselo tranquilamente y dile: «Eso no se lanza, pero las pelotas sí». Luego dale una pelota para que juegue, y empiece a jugar con ella juntos.
No a la agresividad: Si tu hijo tiende a querer hacerle daño a otros niños porque les lanza cosas, es importante que reacciones siempre de la misma manera, y ante todo con mucha calma y nunca levantando la voz, sabemos que los niños pequeños aprenden mediante la repetición. La próxima vez que lo haga, explícale que eso no se hace porque duele. Luego llévalo a un lado para que se tome un momento de reflexión y retirarlo de la situación.
Enséñale también a recoger las cosas: Cuando un pequeño lanza un objeto, luego podemos enseñarles que se deben recoger y guardar en su lugar. Eso también puede resultar divertido si lo acompañamos con la conocida canción de «a guardar, a guardar». Ponte a cuatro patas con él y pídele que te ayude, eso es lo divertido del asunto.
Siempre tienes que dar el ejemplo: Puedes enseñarle a lanzar los pañales al basurero, los baberos al cesto de ropa sucia, y lo que no debes lanzar, como zapatos, carteras y cosas más pesadas pídele que te acompañe a guardarlas en su sitio.
Siéntense a comer juntos: Comer en esta etapa puede ser algo estresante y desordenado. Puedes sentarte a comer con él y así poder decirle tranquila pero firmemente “no” cuando intente botar su comida al suelo, y para sujetar su plato con la mano si es preciso.
Para terminar, quisiera comentar algunos puntos interesantes, porque sabían ustedes que el lanzar cosas también los ayuda en su desarrollo?
- Les enseña a conocer y distinguir los objetos que hay en su entorno y le ayuda a formarse una idea mucho más acertada de cómo es su cuerpo. Un ejemplo: el niño, al lanzar su peluche al suelo, comprende que ese es un objeto aparte de él, y al mismo tiempo se percata de que tiene brazos y manos y de que éstas son partes integrantes de su cuerpo, que le permiten agarrar, manipular, soltar o arrojar las cosas a voluntad.
- Descubre la relación causa-efecto y le enseña a ver que él puede conseguir que sucedan acontecimientos con sus actos, lo que a su vez favorece el desarrollo de su inteligencia.
- También le permite adquirir nuevas percepciones de su entorno: le informa sobre la distancia, el espacio, el tiempo y la gravedad, aunque todavía no sepan que así se llaman.
- Además, descubre las diferentes cualidades de los objetos que manipula: si son duros, blandos, si se pueden romper, si son pesados o ligeros, silenciosos o ruidosos (estos últimos son los que más le gustan).
- Si le enseñamos que cuando algo se arroja también se recoge y se entrega a una persona si esta lo solicita, es el conocido juego del «dame y toma», esto lo ayuda en sus habilidades sociales.
Así que ya sabemos, cuando un niño tira algunos jueguetitos al suelo, no es un niño anormal, está en una etapa de total desarrollo y necesita de tu apoyo para entender los límites.