Pausas activas para todos

En estos tiempos de virtualidad, tal vez el estar por muchos minutos seguidos sentados frente a una computadora, cansa más de lo normal. Si bien cuando los niños iban a sus clases, tenían recreos en donde gastaban energía, se distraían con sus amigos y volvían a clases con las pilas recargadas. Ahora, podemos tener minutos de descanso, pero no son TAN iguales a lo que era el recreo en el cole.

Pero felizmente, al estar en casa podemos hacer muchas cosas para relajar el ambiente, y además, volver a levantar el ánimo si en algún momento vemos que estamos perdiendo la atención de los peques a la clase.

En nuestro caso, son entre 40 y 45 minutos de clase, para luego tener 15 libres. Aquí las profesoras indican que el que desee puede tomar agua, o comer algo. Nosotros le sacamos el jugo a esos minutos para hacer muchas cosas alejados de la tecnología.

Primero, les cuento nuestras reglas básicas de los descansos:

  • Nada de tele
  • Nada de celular
  • Nada de juegos electrónicos
  • Nada de echarse a dormir

Entonces, con este tipo de indicaciones ya sabemos qué tipo de actividades elegir. He ido aumentando nuestra lista de ideas, algunas son más tranquilas y otras más divertidas, pero todo depende del día que estén pasando los peques.

Aquí les cuento un poco:

  • Gimnasia cerebral: Al estar mucho tiempo en la computadora, es normal que a veces nos sintamos agotados, por eso hacer ejercicios como «tócate la punta de la nariz con la mano derecha y con la izquierda la boca» y así hacerlo algunos minutos ayuda a traerlos de nuevo a la realidad. Lo mismo que «el rey pide» que es un tipo de «Simón dice» pero más enfocado a traer o encontrar lo que el rey pide. Así se activan y también se divierten.
  • Ejercicios: Poner una música alegre y divertida y bailar juntos es muy bonito. Yo los animo a hacerlo ni bien salimos al descanso, les pido que imiten mis movimientos y luego que ellos se inventen algunos pasos. Luego vamos a tomar agua los tres, al baño y regresamos recargados.
  • Dar una mini vuelta a la manzana: A veces cuando los veo cansados en extremo, y sin muchas ganas, le digo que me acompañen a dar una vueltita afuera de la casa. Salimos juntos a dar unos cuantos pasos y regresar. No los estreso con la hora, o al menos trato de no decirles «solo tenemos xx de minutos» sino que cuando estamos ya afuera les digo: «uy ya nos quedan 2 minutos qué rápido se pasó» y así ya están avisados.
  • Comer o tomar algo: No llevarles la lonchera al mismo sitio en donde estudian es bueno. Así aprovechan en estirar las piernas y cambiar de ambiente. Ir a la cocina puede resultar incluso una buena idea para jugar «veo veo» y así también mejorar la atención. Les pides por ejemplo que ubiquen algo rojo, algo redondo, algo blanco y así empiezan a jugar.
  • Meditar: Al inicio pensé que esto no ayudaría pero es muy lindo ver cómo ellos mismos cierran sus ojitos y respiran. Si es motivo para reírse y divertirse también es bueno, porque la idea es que se desconecten y hagan algo en esos minutos libres. Ponerles un audio bonito y ayudarlos a respirar profundo unas cuantas veces ayuda muchísimo.
  • Jugar: Es normal que a veces quieren jugar con sus muñecos y aquí me toca ser un poco dura porque es cierto que los 15 minutos se pasan al toque y cuando llega el momento de volver, se frustran y no quieren hacerlo o lo hacen de mala gana. Entonces les hablo y aplico la psicología inversa sabiamente… 🙂 les digo que es un muy buen momento para ordenar su cuarto. Entonces, ellos como están un poco cansado, no querrán ordenar sus juguetes, por lo tanto, no se acercarán a ellos y por eso no podrán jugar hasta el final de sus clases.

Finalmente, ideas hay miles pero lo principal es hacer que su foco de atención esté en otro lugar alejado de esa computadora que los tiene muchas veces un poco estresados y tratando de concentrarse en algo que puede resultar un poco aburrido, pero es necesario.

Aprovechemos al máximo este tiempo, nadie sabe cuándo volverán ellos al colegio, y nosotros a nuestra vida laboral habitual. Antes, mis pausas activas eran pararme e irme a servir un café y regresar a mi sitio a seguir metiéndole cerebro a mis pendientes. Ahora, son miles de millones de veces mejores, más divertidas y sobre todo, llenas de amor. Nunca imaginé poder compartir espacio tanto tiempo con mis hijos, y sí, es difícil, pero es sin duda lo que hace que nuestras mentes y corazones estén más tranquilos.

Anímate y haz recreos más divertidos con ellos, aprovéchalos tú y dales lo mejor de ti a ellos.

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