La política y los niños

Hace unos meses pasamos por un momento difícil como país. Problemas del entorno político que afectaron el día a día y cargaron las noticias, redes sociales y conversaciones de un poco de miedo, negativismo y frustración. Además de pérdidas humanas y una profunda tristeza que todo esto conllevó. Sí, hablo de Vizcarra, Merino y las inolvidables marchas que no solo sucedieron frente a Palacio, sino que llegaron hasta cada una de las casas y familias que salían por las ventanas a las 8:00 pm a tocar sus cacerolas una y otra vez.

Mientras todo esto pasaba, la angustia fue parte de nuestro desayuno, almuerzo y lonche. Se quedó unos días en nuestras casas y los que sintieron esta visita inesperada además fueron nuestros niños. Algunos con muchísimas ganas de saberlo todo, conocer cada detalle y expresar su curiosidad a través de infinitas preguntas. Tal vez, no lo preguntaban pero nosotros les transmitimos todo a nuestros hijos. TODO. Sentimientos lindos, pero también esos que nos llenan la cabeza de preocupaciones. Entonces, aquí es donde tenemos que pensar y ordenar nuestra mente para tratar de contarles y compartir con ellos lo que está sucediendo. Ellos se lo merecen y entienden más de lo que creemos.

Hoy, es la segunda vez que vivimos una situación similar. Desde el domingo 11 de abril escuchamos y hablamos sobre el tema de las elecciones y es inevitable que ellos escuchen sobre el resultado. Si bien desde antes algunos les explicamos lo que eran las votaciones, y ellos lo entendieron perfecto, hoy el tema no es tan lindo como entender qué son las elecciones. Sino, ellos escuchan, algunos incluso leen, lo que nuestro entorno habla al respecto y es aquí donde hay que intervenir para no cargar esa cabecita y confundirla con frases sesgadas que tal vez, sin conocer realmente el porqué, los hace vivir en angustia y agarrar cierto rechazo a algún nombre famoso en estos tiempos.

Pero, ¿cómo hacer para hablar de un tema tan complejo con ellos? Lo primero que hay que saber aquí, es que nosotros somos los mejores maestros para ellos y lo que necesitan ahora es información, no alguien que les diga qué o cómo pensar. Ellos mismos deben sentirse escuchados, y nosotros absolver dudas y así lograremos que ellos mismos formen sus propia opinión, e incluso, pueden elegir a su candidato favorito y tener sus propias razones.

«María Lucero Ugaz Santiváñez, especialista en educación infantil de la Universidad de Piura, señala que es importante el ejemplo de los padres y sobre todo el establecimiento de un clima actitudinal basado en la confianza, el respeto, la flexibilidad y la objetividad en la familia. Asimismo, desarrollar una comunicación afectiva que permita al niño el diálogo y a distinguir entre lo esencial y lo discutible. Dado que los pequeños aprenden por imitación y acuden principalmente a sus padres con quienes se identifican. Por ello, es el momento de enseñar a pensar y favorecer el hábito de la reflexión».

Bitness.com

Entonces, el respeto y la tolerancia son las dos palabras clave para hablar sobre estos temas, no tan lindos, con nuestros hijos. Respetar y aceptar que el mundo tiene diferentes posturas y puntos de vista los hará crecer en pensamiento crítico. Aquí comparto algunos puntos claves a tener en cuenta al momento de hablar con ellos sobre política:

  1. Hablar siempre desde el respeto y no usar palabras que inciten al racismo o al desprecio hacia personas o situaciones.
  2. Anular explicaciones que fomenten la división o la intolerancia. No debemos generar en ellos sentimientos negativos u hostiles hacia otras personas que opinen diferente a nosotros.
  3. Utilizar siempre un lenguaje positivo, cargado de palabras que transmitan los valores relacionados con la igualdad, respeto, democracia, la paz, la convivencia, la tolerancia y la armonía.
  4. No usar palabras que denoten desprecio, hostilidad, intolerancia o ira. A veces la rabia o angustia que sentimos la expresamos sin darnos cuenta.
  5. Informar a los niños acerca de las distintas alternativas políticas que existen. Explicarles que al igual que existe la diversidad de religiosa o cultural, la diversidad política hace que la sociedad sea más.
  6. Muy importante es NO polarizar, sesgar o radicalizar nuestro mensaje. Somos adultos y es claro que ya tengamos un punto de vista o decisión, pero ellos no. Dejémoslos que tengan libertad de pensamiento.
  7. Ayudarles en la comprensión, explícales sencillo. Existen formas muy creativas para contarles la situación: cuentos, historias, etc. Evita dar detalles excesivos y usar términos poco apropiados para su edad.
  8. Escúchalos. Ellos tienen muchas dudas y están con muchísimas ganas de que tú los escuches. Valida sus sentimientos y sus emociones. Dales tu soporte y absuelve todas sus dudas.

Y algo que prefiero ponerlo a parte, es que tengamos mucho cuidado cuando conversamos por teléfono o los tan acostumbrados audios por WhatsApp; nada de fatalidades ni lamentos delante de ellos. No imaginan cuánto puede hacer un «ya nos fregamos» en la cabecita de un niño. ¿Se imaginan? Yo hasta ahora cuando escucho a mi mamá decir algo así, me asusto, imaginen a alguien que recién tiene solo unos cuantos años en este mundo tan loco y duro a veces.

Ellos son esponjitas. Todo lo que decimos y hacemos, ellos lo copian y lo toman como válido. Entonces, aquí es bueno aplicar lo que siempre digo: «actuemos como si ellos SIEMPRE nos estuvieran viendo».

Vibras… las necesitamos mucho. Piensa bonito, habla bonito. Ellos, nuestro futuro, lo necesitan.

Vamos Perú!

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