Lo único que pido es que el invierno se vaya. Siempre me gustó el frío, es más, creo que viviría en el Polo Norte siempre y cuando tenga con qué abrigarme. Prefiero ponerme mil chompas que no saber cómo librarme del horrible calor, pero ahora lo extraño y quiero que llegue ya. Las enfermedades de este invierno están peor que nunca y creo que es de nunca acabar en casa. Cae uno, y cuando se recupera cae el otro, y justo cuando se está recuperando cae la mamá, y luego todo vuelve a empezar. Eso sin contar los amiguitos enfermos en el nido. Realmente, es una locura.
Esta semana nos tocó pasarla mal con mi chino. Empezó con moquitos el fin de semana y ya desde el viernes se quedó en casita protegido y cuidadito. Pero el lunes, al llegar del trabajo estaba un poco irritable. Pensé que era lo habitual y que estaba peleando por sus juguetes con la hermana, pero empezó a tocarse la orejita con la mano y a decir «ayyyy ayyyy». No era un llanto, era distinto. Me tomaba la mano y la lleva a su orejita. No lo pensé más y nos fuimos a la clínica.
Como ya lo he dicho antes, odio las emergencias de todas las clínicas de Lima, pero bueno, qué se le hace cuando de verdad queremos ayuda??? Llegamos y empezó a llorar peor, no sabía cómo calmarlo y empecé a ponerme más nerviosa. Me apretaba la mano contra su orejita y sus lágrimas caían sin parar. Yo lloraba con él pidiéndole que sea fuerte y que ya todo iba a pasar. Pero me volvía loca de pensar que no estaba a mi alcance ayudarlo en ese momento. Qué frustrante!
Al fin llegó la ayuda, nada del otro mundo la verdad, unas gotitas y Doloral lo hicieron dormir un rato al menos. Lo revisaron y nos dijeron que era inflamación, fuimos a la casa y esa noche casi no dormimos. Cada hora se despertaba fastidiado pero solo pensamos que ya sería un nuevo día en poco tiempo. Al día siguiente estuvo mejor pero aún se seguía tocando su oreja así que lo llevamos donde su pediatra que hoy nos dio el diagnóstico correcto: qué inflamación ni qué nada… es otitis media, y está feo su avance. Tenemos que darle antibióticos.
Leí que casi la mitad de los niños padecen alguna infección de oído durante su primer año de vida. Muchos serán propensos a tener recurrencias, particularmente aquellos cuyos padres o hermanos hayan padecido el mismo problema durante la infancia. Las infecciones de oído son también 4 ó 5 veces más frecuentes en niños que acuden al nido guarderías desde muy pequeños, aquellos con problemas alérgicos y aquellos cuyos padres fuman en casa. Muchas infecciones de oído suelen acompañar a los resfriados de nariz y garganta o suceden después, por lo que son más frecuentes durante el invierno.
La otitis media aguda es la infección del oído medio causada por bacterias o virus que entran hasta el espacio aéreo del oído medio a partir de la garganta y nariz, a través de la Trompa de Eustaquio. Una vez allí, empiezan a multiplicarse produciendo un cúmulo de moco y pus que aumenta la presión en el interior del oído y distiende el tímpano, que aparece abombado y rojo cuando el pediatra lo observa con el otoscopio. Esta presión o inflamación de la otitis media es lo que le produce dolor al niño.
Algunos detalles a tener en cuenta cuando tenemos un caso de otitis:
- El dolor es el primer síntoma. Puede ser leve, hasta severo.
- En los bebés que aún toman teta, se puede notar una rechazo a la leche. Esto se debe que al tragar la saliva, duele más.
- No duermen muy bien porque en las noches, al estar acostado, duele más.
- Los niños que ya hablan pueden expresar que sienten «el oído tapado».
- Pueden haber síntomas de resfrío también.
- Algunos presentan fiebre.
- A veces, puede ocasionar ruptura de tímpano, pero no es grave, éste vuelve a cerrarse en unos días.
- El doctor deberá recetar el antibiótico adecuado para el niño.
- El paracetamol, ibuprofeno, ayudan a calmar el dolor.
- Importante: LA OTITIS NO CONTAGIA.
- Se puede prevenir la otitis con una buena limpieza nasal para que no se acumule la mucosidad cuando hay un resfrío de por medio. Evitar el humo del tabaco también es bueno.
Así estamos nosotros ahora. Curándonos y tratando de evitar que duela otra vez. Es terrible ver cómo sufren nuestros peque, pero también hay que entender que estas cosas pasan y seguirán pasando. Pero por eso somos mamás, porque todo lo podemos cuando se trata de proteger y ver mejor a nuestros hijos.