Cada día se me hace más difícil pensar qué prepararles para ver si comen bien y si les gusta. Ya están en la etapa en donde te dicen «no uta» cuando no les gusta algo y se hace aún más difícil la hora de comer.
A pesar que les damos lo que cocinamos en casa (obvio nunca con tanto condimento), es necesario para mí, mantener sus verduritas siempre a la hora del almuerzo. Los míos no son de agarrar las zanahorias en tiritas ni las vainitas ni el brócoli así como si fueran galletas. No les gusta y lo he intentado mil veces, por eso aún prefiero darle las verduras encaletadas en donde pueda. Por ejemplo, cuando comen hamburguesa, le pongo tomate y espinaca cortadita chiquitita a la carne molida. Algo es algo al menos no?
Entonces, aquí les va una receta por si sus hijos son «adictos al huevo como los míos».
Revuelto de espinacas + arroz hervido + plátano asado
Lo que necesitas:
– Un huevo
– Dos puñados grandes de espinacas congeladas
– Aceite de oliva
– Filete de pollo
Pon la verdura sin descongelar en una ollita pequeña con un poco de aceite, tápala y cocínala a fuego bajo hasta que las espinacas se hayan descongelado. Tritúralas un poco e incorpora el huevo, remueve y mezcla muy bien hasta que se haya cuajado. Acompaña el revuelto con unas cucharadas de arroz hervido. Además, puedes hacer un filete de pollo en la sartén con una gota de aceite de oliva y desmenuzarlo.
De postre puedes asar un plátano, pero si a tu hijo no le gusta mucho como a los míos puedes hacerlo en el microondas, para templarlo (solo un minuto), tal vez así le guste.
Qué le aporta
La fibra y el hierro presentes en las espinacas, que contribuyen a prevenir el estreñimiento y también la anemia. Además, este menú contiene proteínas e hidratos de carbono. Por último, el plátano le aporta muchas vitaminas y potasio, un mineral necesario para mantener sanos los músculos (de hecho, es muy bueno para evitar los calambres musculares que pueden aparecer después de la actividad física).
¡PRIMEROOOOOOOOOOOOOOOO!
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Un hijo te enseña a realizar fusiones que ni al mismo Gastón se le ocurriría.
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