Increíblemente llegamos al mes número 23. Falta casi nada para cumplir 2 años llenos de aventuras, aprendizaje y muchísimo amor. A veces me dicen «ya vienen los terribles dos», y no hago más que pensar en cómo serán si ahora ya son terribles. Mejor esperar y dejar que el tiempo haga lo suyo. Tal vez ya me tocaron los terribles antes de cumplir los 2 años. Quién sabe…
Como siempre, aquí traigo algunas características básicas de los bebés a esta edad. Es importante recordar que no todos los bebés son iguales y cada uno evoluciona y desarrolla a su propio ritmo. Nada está tallado en piedra y si por ejemplo un bebé camina antes que el otro, es completamente normal. Lo mismo pasa con el habla y algunos otros detalles. Esto es solo un listado de características más comunes a los 23 meses.
Peso y talla:
Por lo general, un bebé de 23 meses de vida mide ya unos 87 centímetros aproximadamente y pesa más o menos 12,5 kilos. Aunque como mencioné, no siempre esto se cumple: en mi caso ambos están un poco fuera de este rango. Ella por debajo de los 11 y él por encima de los 13. Cada niño tiene un ritmo de crecimiento propio, si el pediatra encuentra que el peso y estatura del bebé son normales no hay por qué alarmarse si no está en el percentil medio.
Su figura ya no es tan redondeada y con pliegues como en los meses anteriores y va ganando en musculatura y definición. Te darás cuenta cuando lo veas corretear y trepar.
Desarrollo motriz:
Tu bebé se ha convertido en un torbellino o si quieres un demonio de tazmania: salta, corre, abre puertas, se sube a los muebles, abre y cierra cajones. Su gran energía y su enorme curiosidad hacen que tengas que extremar la vigilancia tanto en casa como fuera de casa para evitar accidentes innecesarios. Juega con sus juguetes de forma autónoma y con mayor facilidad. Puede hacer torres, realizar algún rompe cabezas sencillo, repetir canciones, recoger objetos del suelo sin caerse o desenroscar tapones. También empieza a meter la mano en lugares que quiere explorar y esto es un poco estresante porque puede quedar atrapado. Lo primero aquí es no perder la calma, recuerda que si entró, tiene que salir. Me pasó el domingo con la manito de Marcel en un juguete, por eso lo digo.
El lenguaje:
Su vocabulario no para de crecer. Ya puede decir alrededor de las cincuenta palabras y forma frases de dos o tres palabras. Es capaz de reconocer objetos, animales o partes del cuerpo. Puede nombrarlas y señalarlas. El bebé de 23 meses responde a preguntas sencillas y puede expresarse perfectamente para pedir algo que necesite. Es bueno enseñarles de a pocos, porque si reciben muchos estímulos pueden llegar a saturarse y no querer más.
Alimentación:
La dieta del bebé de casi dos años tiene que ser completa, integrando todos los grupos de alimentos, variada y equilibrada. Lo mejor y recomendable es realizar cinco comidas al día: desayuno, media mañana, almuerzo, media tarde y cena. La leche sigue siendo muy importante en el día a día del bebé, lo ideal es que tome 500 ml al día, pero además de comer verdura, fruta, pan, pasta, pescado, carne y huevo. Para tomar, lo mejor es agua y jugos de fruta natural. Ahora empieza el tema de «probar» de todo, incluso lo que no es tan sano. Siempre hay cumpleaños y es un poco difícil prohibir esto. Pero siempre y cuando sea controlado y medido, no hay problema.
Estimulación:
Es importante para el aprendizaje del niño que comience cuanto antes a realizar ciertas tareas para convertirlas en un hábito. Por lo tanto, debemos convertir en una rutina el hecho de lavarse las manos antes de comer, cepillarse los dientes todos los días aunque todavía sin pasta o pasta sin fluor, recoger los juguetes después de jugar, tirar los papeles o pañales al tacho de basura (a los míos les encanta). Para estimular el lenguaje del bebé es muy beneficioso leerle cuentos o cantarle canciones. Ahorita como loritos empiezan a repetir todo lo que escuchan: CUIDADO! Tienes que ser astuta y precavida en esta etapa.
Sueño:
Es posible que tu hijo ya se encuentre cómodo en su cama y duerma toda la noche. Evita que las historias o libros que le cuentes o le leas antes de dormir tengan escenas tristes o que lo asusten para evitar que tenga pesadillas. A veces a esta edad ya no pedirá su siesta por la tarde. Si ya no la necesita, está bien. Pero si aún te lo pide o notas que está muy cansado, es bueno que recupere energías durante el día (tampoco en exceso porque sino en la noche no hay nada de sueño), y ahí la mamá pierde.
Estas son las principales características de un niño a los 23 meses. Cuéntanos si se parecen a las características de tu hijo, o si tienes algún aporte a este listado.
Felices 23 meses!!!