Creo que todos alguna vez en la vida hemos recibido un mensaje inedito cuando menos lo esperamos. Palabras exactas que nuestro corazón, alma y mente necesitan oír para que ese pedacito de esperanza, o motivación, crezca un poco más. Digo todos, porque el que menos, anda buscando respuestas hasta debajo de las piedras cuando se siente un poco perdido.
Hace unos días, me fui a comprar las cosas de la casa con los peques. Caminando por los pasillos me encontré con una tía que no veía hace mucho tiempo. Conversando de cómo nos estaba yendo en general, le conté que hacía unos meses me había quedado sin trabajo, que estaba buscando día y noche pero las cosas estaban mucho más difíciles de lo que pensé. Es verdad eso de que el mercado está parado y que las ofertas laborales no abundan, estamos en tiempos difíciles, y como muchos dicen, la calle está dura.
Mientras le hablaba ella rebuscaba algo en su cartera, yo seguía hablando sin parar haciendo pausas para ver si me estaba prestando atención. Me decía «te escucho, te escucho», pero algo había en su cartera que ella quería mostrarme. Por un momento pensé que me sacaría un volante de negocios piramidales que hoy en día están de moda. Y pensé, y ahora qué hago para decirle que lo que necesito es algo fijo, mis hijos ya entran al colegio y las cuentas a fin de mes no esperan. Buscaba salidas en mi cabeza para no hacerla sentir mal negándome a un jugoso posible negocio.
Por fin sacó una bolsita que tenía muchas tarjetas de colores. «Es un negocio» pensé, y me miró a los ojos y me dijo: «tu mente es poderosa. Más poderosa de lo que crees». Eso ya lo había escuchado, pero me pareció interesante volverlo a escuchar en ese momento. Me decía que ella le tenía mucha fe a una frase, y ella la repetía cada día de su vida, y hoy reconoce que es feliz. Me la entregó y la leí «algo MARAVILLOSO está sucediendo en mi vida AHORA». Entendí el poder de la frase, y las mayúsculas no están por las puras. Me dijo que lo leyera en serio, no solo con los ojos. Que lo leyera y lo imaginara, que me imaginara en un lugar en el cual quiero estar trabajando, que me va bien y estoy feliz. Que lo haga todos los días de ahora en adelante y que me sorprendería con los resultados.
Lo doblé y lo guardé en la funda de mi celular. Ahora, todos los días lo saco, lo leo, imagino y lo repito algunas veces más antes de guardarlo nuevamente. Entiendo el poder de la frase, y por más que aún no tenga noticias, sé que pronto las tendré. Ese día volvió la esperanza un poco más recargada, y aquí estamos de pie en la lucha.
Además, cosas lindas están pasando en donde menos lo espero.
¡PRIMEROOOOOOOOOOOOOO!
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Sin duda es una frase poderosa, si crees en lo que haces seguro que terminará en algo bueno.
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