3

Conociendo más sobre la APLV

Últimamente escucho mucha gente que se identifica conmigo por el tema de la alergia a la proteína de leche de vaca (APLV). Mamás que sufren por no poder darle su leche a sus bebés porque a pesar de la dieta, les sigue haciendo daño. Y es que no solo se trata de suprimir los lácteos, es mucho más que eso. Una mamá que quiere limpiar su leche de proteína de leche de vaca debe tener en cuenta muchas cosas, como leer las etiquetas de todo lo que consume y asegurarse que todo vegetal o fruta no contenga ningún compuesto dañino para los alérgicos.

En mi caso, yo lo intenté, pero era tal mi frustración por seguir haciéndole daño a mi bebé, porque luchaba por producir más leche y repartirla para dos boquitas, que decidí solo darle a Naelle y empezar con la leche de arroz para Marcel. Unos días después de decidirlo, todo cambió. Me muero de pena de pensar en eso del «vínculo cuando das de lactar», y ese era mi principal temor, pero fue lo mejor que pude hacer para él. Y ahora, es el bebé con más mamitis que jamás pude conocer. Así que eso de que cuando una mamá no le da su leche a su bebé es menos mamá, es falso. Pero hoy no hablaremos de eso, sino de lo que una mami debe evitar para no seguir potenciando la alergia en su bebé.

La clave para una dieta libre de alergia es evitar todos los alimentos o productos que contengan el alimento al que el niño es alérgico. Los productos a los que su hijo es alérgico se denominan alergenos.

La alergia a la proteína a la leche de vaca, que es distinto a ser intolerante a la lactosa, es una respuesta anormal del cuerpo frente a las proteínas encontradas en la leche de vaca. Es más común entre los bebés y los niños pequeños. La leche y los productos lácteos se encuentran en muchos alimentos. Algunos de los productos lácteos más fáciles de reconocer son la crema, el queso, la mantequilla, el helado y el yogur. Pero pueden estar también ocultos en los alimentos que comemos normalmente.Con el fin de evitar los alimentos que contienen leche, es importante leer las etiquetas de los alimentos y bueno, trata de investigar qué otros alimentos contienen compuestos que dañan a un alérgico. Por ejempo, y aunque usted no lo crea la fresa, el maní y la aceituna lo tienen.

Información importante para evitar la leche y los productos lácteos:

  • Las palabras «no lácteo» en la etiqueta de un producto indican que este producto no contiene mantequilla, crema o leche. Sin embargo, no necesariamente indican que no contengan otros ingredientes lácteos.
  • Las carnes procesadas, entre ellas, los hot dogs, las salchichas y los fiambres en conserva, frecuentemente contienen leche o se procesan en líneas que contienen leche. Por eso lee cuidadosamente todas las etiquetas de los alimentos.

Cómo leer una etiqueta para una dieta libre de leche:
Asegúrate de evitar los alimentos que contienen cualquiera de los siguientes ingredientes:

  • Aromatizante de mantequilla artificial.
  • Mantequilla, grasa de mantequilla.
  • Caseína.
  • Caseinatos (amonio, calcio, magnesio, potasio, sodio).
  • Queso, requesón, cuajadas.
  • Crema.
  • Natillas, pudín.
  • Ghee.
  • Half and Half™.
  • Hidrolizados (caseína, proteína de la leche, proteína, suero lácteo, proteína del suero lácteo).
  • Lactoalbúmina, fosfato de lactoalbúmina.
  • Lactoglobulina.
  • Lactosa.
  • Leche (derivados, proteína, sólidos, malteada, condensada, evaporada, deshidratada, entera, baja en grasas, sin grasas, desnatada).
  • Turrón.
  • Cuajo de caseína.
  • Crema agria.
  • Sólidos de la crema agria.
  • Suero lácteo (sin lactosa, desmineralizado, concentrado de proteína).
  • Yogur.

Otras fuentes posibles de leche o productos lácteos:

  • Condimento de azúcar morena.
  • Condimento de caramelo.
  • Chocolate.
  • Harina alta en proteína.
  • Margarina.
  • Condimentos naturales.

Ahora, les dejo una tabla que me facilitó mi doctor, que extrajo de «The University of Chicago Medicine». Algunas cosas no venden aquí, pero podemos ver claramente qué debemos evitar para estar libres de proteína de leche de vaca.

ALIMENTOS PERMITIDOS NO PERMITIDOS
Bebidas Bebidas gaseosas.Café.

Té.

Fórmulas lácteas sustitutas de la soya, agua.

Bebidas de frutas.

Todos los tipos de leche, (entera, baja en grasa, desnatada, kumis, evaporada, condensada, en polvo, chocolate caliente).Yogur, ponche de huevo, batidos de leche, maltas.

Todas las bebidas hechas con leche o productos lácteos.

Panes Panes sin leche.Pan francés. Tostada francesa hecha con leche.

Pan de trigo, blanco, centeno, maíz, harina de trigo sin cernir, gluten y de soya preparados sin leche o productos lácteos. Tostada francesa hecha con leche.

Galletas de trigo sin cernir o galletas de arroz. Tostada francesa hecha con leche.

Pan de trigo, blanco o de centeno. Tostada francesa hecha con leche.Bizcochos, roscas, magdalenas, panqueques, wafles, zwieback, galletas saladas, bizcocho tostado. Tostada francesa hecha con leche.

La mayoría de los panes y bolillos preparados comercialmente contienen leche o productos lácteos. Tostada francesa hecha con leche.

Tostada francesa hecha con leche.

Cereales Cualquier cereal al que no se le haya añadido leche o productos lácteos. Cereales ricos en proteína.Cereales preparados y pre-cocidos con sólidos lácteos, caseína u otros productos lácteos añadidos.
Postres Merengue, gelatina, paleta de helado, paletas de fruta, batido de fruta o torta cabello de ángel.Pasteles, galletas, pasta de hojaldre sin leche o productos lácteos. Pasteles, galletas, natillas, pudín, postres de nata o sorbetes con productos lácteos.

Helado, pastel de crema.

Pasteles pintados con leche, cremas de queso, panecillos.

Huevos Preparados sin leche. Huevos revueltos con leche, huevos cremosos, sustitutos del huevo.
Grasas Aceite vegetal, grasa de la carne, tocino, manteca, salsa sin leche.Mantequilla de maní (hecha sin sólidos lácteos).

Margarina sin sólidos lácteos.

Margarina kosher.

Mantequilla, crema, margarina. Aderezos para ensaladas o mayonesa con leche, sólidos lácteos o productos lácteos.

Algunos sustitutos de la mantequilla y cremas no lácteas.

Frutas Todas las frutas frescas, congeladas, o enlatadas y los jugos de fruta sin leche. Cualquier tipo de fruta servida con leche, mantequilla o crema.
Carnes, Pescado, Aves y Queso. Carne horneada, a la parrilla, hervida, asada o frita: de vaca, ternera, cerdo, pollo, pavo, cordero, pescado, vísceras o tofú (preparado sin leche o productos lácteos).Salchicha, delicatessen, carnes enlatadas o jamón si están hechos sin productos lácteos.

NOTA: Una pequeña cantidad de personas con la alergia de la leche de la vaca pueden desarrollar una reacción a la carne de vaca. Así, ésos con la alergia de la leche de la vaca deben tener cuidados al consumir la carne de vaca o los alimentos que contienen la carne de vaca.

Todos los quesos, requesones, quesos cremaAlgunos tipos de salchicha, embutido de bologna, salchichas de Frankfurt.

Carnes empanadas, rollo de carne molida cocida, croquetas, guisos, hamburguesas (a menos que estén preparadas sin leche).

Platillos preparados comercialmente hechos con leche o sólidos de leche.

Papas y sustitutos Macarrones, fideos, espaguetis, arroz.Papas blancas o dulces preparadas con leche, mantequilla, crema o margarina permitida. Papas gratinadas, con mantequilla, con crema, horneadas o sustitutos.Macarrones con queso.

Puré de papas con leche o mantequilla.

Papas fritas congeladas pulverizadas con lactosa.

Sopas Caldo, sopita, consomé o sopas con una base de caldo o con todos los alimentos permitidos. Cremas, sopas de pescado, sopas de crema.Todas las sopas hechas con leche o productos lácteos.
Dulces Jarabe de maíz, miel, mermelada, jalea.Paletas, dulces hechos sin leche o productos lácteos.

Azúcar granulada, morena o en polvo.

Dulces hechos con leche tales como chocolate, dulce de azúcar y leche (fudge), caramelos suaves, turrón.
Vegetales Todos los vegetales frescos, congelados o enlatados sin leche o productos lácteos añadidos.Todos los jugos vegetales. Los vegetales gratinados, con mantequilla, con crema u horneados.Vegetales rebozados.

Suflé de vegetales.

Varios Salsa de tomate, aceitunas, encurtidos, nueces, hierbas, polvo de chile (ají), sal, especias, condimentos.Cualquier alimento que esté libre de leche, queso, mantequilla y que no contenga leche en polvo o suero de leche. Todos los alimentos con leche, queso, mantequilla, caseína del suero, caseinatos, hidrolizados, lactosa, lactoalbúmina, lactoglobulina o componentes de la leche, aromatizante de la mantequilla artificial.Sustitutos no lácteos que contengan caseinato.
Anuncio publicitario
2

La temida prueba del año

Un año nuevo empieza con retos y pruebas. Es difícil explicarlo sin que tiemble un poco del miedo pero aquí vamos. Hace 11 meses diagnosticaron a Marcel con APLV (alergia a la proteína de leche de vaca) y por eso empezó a tomar leche de arroz. Yo en ese entonces tenía aún leche materna, pero me tuve que quitar todo lo que contenga esta proteína. Que no es solo lácteos como muchos piensan, hay alimentos que contienen esta proteína aunque no creamos, por ejemplo la fresa. Increíble, pero cierto. Por ello decidí no darle más leche a mi bebé, con todo el dolor de mi corazón, y por su bien, se la quité. Yo podía quitarme TODO lo que me dijeran, pero era horrible ver cómo a pesar de todos los intentos algo más le estaba haciendo daño que yo comía y no sabía qué podía ser. Además, sumado a ello mi estrés por tomar MÁS cosas y líquidos que me hagan producir MÁS leche para Naelle. Pues no tenía cantidades industriales como había soñado meses atrás. Esa también fue una experiencia difícil de la que hablaré más adelante.

La leche elegida fue Blemil Plus Arroz. A la semana de tomarla, Marcel empezó a mejorar poco a poco, y obviamente yo me sentía cada vez más tranquila. Al principio me moría de miedo pensando que esa alergia sería para toda la vida y cada vez que él consumiera algo que le haga daño sería lo peor para su pancita. Pero el doctor me dio una buena noticia «generalmente, esas alergias se van al año de nacidos». Por eso contaba los meses para llegar al año con mucha emoción pero a la vez con algo de temor. Y el día llegó.

El viernes pasado fue su control del año, luego de las vacunas correspondientes (Varicela mode on) me dijo que ya debía empezar con el cambio de leche. El cambio empezará en unos días que se acabe la leche de Naelle, pues como tomarán la misma, debo abrir la lata nueva cuando ambos empiecen para hacerlo bien. Primero alternaré las leches: el primer biberón será de arroz, el segundo será leche con proteína de vaca, y el tercero de arroz nuevamente. A los quince días, si Dios quiere, iniciaré dos semanas con solo un biberón de leche de arroz y si sucede lo mejor de la vida ya empezaremos a usar leche de vaca al 100% para ambos.

Esa sería la mejor de las noticias porque indicaría que mi bebé está curado y libre de APLV!!! Esa alergia que tanto odié y me hizo patalear la vida entera durante el segundo mes de mis bebés en el mundo. Además, hay otro factor FUNDAMENTAL aquí. Esa leche es mucho más costosa que las leches normales. Un gran alivio para el bolsillo sin duda. Pero lo principal será lo que ya comenté. Que mi bebé estaría libre por fin!

Confieso que ahora cada noche que le doy su leche y se la toma dormidito, le pido a Dios que me ayude a pasar esta prueba. Que me de las fuerzas necesarias aceptar lo que él decida y si tengo que pasar por un momento feo como el de hace meses y ver como Marcel se quejaba del dolor de pancita y me asustaba con sus pañales llenos a tope, me ayude a sobrellevarlo y redireccionar el carril nuevamente al camino en el que estamos ahora.

Sobre la alergia

Casi todos los bebés están inquietos en algunos momentos. Pero hay algunos que están demasiado inquietos porque son alérgicos a la proteína de la leche de vaca, que además constituye el principal componente de la mayoría de las leches artificiales comercializadas para lactantes.

La alergia a la leche la pueden padecer personas de todas la edades; de todos modos, se trata de un tipo de alergia que abunda más en los lactantes (la padecen entre el 2% y el 3%), aunque la mayoría de ellos la supera con le edad.

Si cree que su hijo padece alergia a la leche, hable con el pediatra sobre la posibilidad de probar reemplazar leche artificial elaborada sin leche de vaca y de los lácteos en general.

La alergia a la leche ocurre cuando el sistema inmunitario interpreta equivocadamente que la proteína de la leche es una sustancia peligrosa, contra la que se debe defender el organismo. Esto inicia una reacción alérgica, que puede hacer que el bebé se ponga inquieto e irritable, se le revuelva el estómago y presente otros síntomas. Muchos de los niños que son alérgicos a la leche de vaca también reaccionan a la leche de cabra y a la de oveja, y algunos también son alérgicos a la proteína de la leche de soja.

Los lactantes amamantados son menos proclives a desarrollar una alergia a la leche que los alimentados con leche artificial. Los investigadores no acaban de entender por qué algunos desarrollan este tipo de alergia y otros no, aunque se cree que en muchos casos la alergia tiene un importante componente genético.

La alergia a la leche no es lo mismo que la intolerancia a la lactosa. Esta afección, que consiste en la incapacidad para digerir el azúcar lactosa que contiene la leche, es muy poco frecuente en los lactantes y mucho más frecuente en los niños mayores y los adultos.

Aquí una lista de algunos productos (extranjeros) que contienen esta proteína. Algunos, se llaman igual que aquí y otros no, pero igual ayuda. Increíble ver todo lo que contiene proteína de leche de vaca (ver lista).

Vamos a ver cómo vamos. CON FE!!!
Espero volver con buenas nuevas en unas semanas.

9

La temida APLV

Creo que una de las etapas más difíciles (hasta el momento) que he vivido con mis bebes empezó cuando cumplieron un mes de vida. Justo cuando estaba empezando a encantarme la idea de «aprender» a ser mamá sin miedos a los llantos y descartar esa loca idea de mi cabeza pensando en que mis hijos me odiaban por haberlos hecho entrar al mundo antes de tiempo, fue cuando realmente conocí ese otro lado de la moneda en donde no todo es sonrisas y arco iris.

Si bien la única dificultad que tenía con los bebes era el hacer que tomen el biberón entero de leche cada tres horas, cuando Marcel (el hombrecito) cumplió un mes el 4 de setiembre cambió radicalmente. Era un bebito tranquilo, que se demoraba un poco en comer pero a veces él mismo agarraba su «tete» para secarse hasta la última gota de leche, dormía riquísimo y casi ni se quejaba. De pronto, era como si un espíritu maligno lo hubiera poseído. No miento! No existía ni un solo momento en el que dejara de llorar: se despertaba llorando y al cargarlo se le pasaba por no más de dos minutos para volver a llorar, descartábamos pañal sucio, frío, hambre y sueño y seguía con el mismo patrón: llanto, descanso y llanto de nuevo hasta volver a dormir. Las leches, cambios de pañal, baños y cambiada de ropita era una tortura china. Dios mío cómo lloraba! Algo le tenía que estar pasando a mi bebé. Lo llevé al pediatra y después de revisarlo me hizo muchas preguntas y me explicó que muchos niños, sobre todo los prematuritos, hacían un síndrome llamado «cólico del lactante».

El cólico del lactante es un trastorno típico de los primeros meses de vida que se caracteriza por un llanto intenso y prolongado sin causa aparente. También se le conoce como cólico de los tres meses, cólico vespertino o del anochecer, alboroto paroxístico del lactante o cólico de gases. Últimamente se ha propuesto llamarlo Llanto excesivo primario, haciendo hincapié en el síntoma principal (el llanto excesivo) y quitándole la connotación de dolor abdominal, ya que no está demostrado que tenga su origen en el aparato digestivo; el llanto excesivo secundario se refiere a los casos en los que el llanto está causado por otro problema o enfermedad (hambre, traumatismo, hernia, etc.).

La definición más extendida de los cólicos del lactante los describe como episodios de llanto intenso y vigoroso al menos 3 horas al día, 3 días a la semana durante al menos tres semanas en un bebé sano y bien alimentado.

No era posible, mi bebé tenía algo más y en mi cabeza no cabía que tendría que escucharlo llorar así por 2 meses. Pues me dijo que al tercer mes ese síndrome empezaba a desaparecer. La razón que me dio, fue que a esa edad su aparato digestivo estaría un poco más maduro y ya no sería tan fastidioso para él. Pero no, mi bebé tenía algo más y yo daría con lo que fuera que tuviera.

Empezaron las peleas con la familia, pues todos me decían que no podía hacerme un mundo en la cabeza si el médico mismo ya nos había dicho que no tenía nada malo. Yo les daba la contra y no era porque quería llamar a la mala suerte. Ese mismo día, en la noche al cambiarle el pañal me di cuenta que había hecho caquita con una especie de moquito e hilitos rojos. Casi me muero de ataque y entre en pánico. Fui al doctor casi de inmediato como una loca con el pañal en una bolsa, el doctor tenía que verlo. Cuando llegué y se lo enseñé parecía que estaba en una pesadilla, no había nada rojo! «seguro se secó doctor!!!», le decía mil veces. En ese momento el doctor me mandó a hacerle mil análisis de heces y fueron horas de agonía esperando el resultado, tenían que descartar infección. Fueron largas horas de espera pero valieron la pena, no era infección! Pero por descarte, mi bebé estaba sufriendo de otra cosa: alergia a la proteína de leche de vaca (APLV).

La primera medida fue cambiarle la leche por una hidrolizada. Si bien las leches de fórmula saben y huelen feo, esta leche olía a un diablo podrido y muerto hace 100 años. Pobre bebe!!! Decía yo al oler la leche cada vez que la preparaba, pero bueno, los bebes no distinguen lo rico de lo feo, pues lo único que toman es leche, y su mundo entero sabe a leche. Nada rico ni feo, solo leche. Tomaba la leche, lo poco que podíamos darle sin que llore pero todo seguía igual. Su llanto descontrolado me volvería loca de a pocos, a mí, a su papá y a toda la familia que venía a ayudar. En mi cabeza no dejaba de dar vueltas la idea de que algo más le pasaba.

Lo poco que tenía de leche materna era más que nada para Naelle. Pues para que no le afecte a Marcel debía hacer una estricta dieta de cero lácteos por una semana para limpiar y luego continuar así para darle leche libre de lácteos (eso era nada de quesos, yogur, mantequilla, leche, galletas, pan de molde  y nada que tenga suero de leche siquiera). Incluso me prohibieron comer fresa. Lo hice y traté de darle más de esa leche para que aliviara un poco su dolor de pancita si es que eso era lo que le pasaba. Pero los llantos seguían. Empecé a creer que mi hijo estaba loco.

Fui a un segundo pediatra, conté la historia, enseñé análisis e hice que tomara leche en el mismo consultorio. Este sapo se tomó todo el biberón sin chistar. Parecía como si supiera lo que hacía. En fin, el resultado fue igual, «tu bebe no tiene nada. Está super saludable. Sigue con esa leche y ya está». Recuerdo haber llegado a la casa un poco más tranquila y positiva. Pero todo se derrumbaba cada vez que llegaba la hora de la leche. Solo quería que mi bebe dejara de llorar así. Me partía el corazón.

Fui a un tercer doctor, me dijo lo mismo y ya empezaba a desesperarme. Me pasaron el dato de un gastropediatra excelente t fui a verlo. Mil pruebas más pero gracias a Dios me dijo lo mismo. Hay 4 razones por las que los bebes pueden hacer ese tipo de deposiciones: fisura en el anito, infección intestinal, alergia a la proteína de leche de vaca, y la más rara pero real era porque simplemente así hacían por un tiempo sin saber nunca de donde provenía esa especie de «sangrecita en forma de hilos». A continuar con el tratamiento de leche hidrolizada entonces.

Volví con mi pediatra y le pedí por favor intentar cambiar de leche. Tenía que mejorar en algo si cambiábamos por una que tal vez no tenga proteína de leche de vaca. Por el estrés y todo el tema cada vez me salía menos leche y ya ni el hinojo ni la cascarilla de cacao ayudaba. Me estaba resignando a que la fórmula sería su único alimento. La indicada sería una leche de arroz, esta contiene las mismas vitaminas y minerales de las demás leches pero nada que provenga de la vaca. Había puesto todas las esperanzas en esa leche, y para ese entonces ya había pasado un mes de llantos. Contaba los días para llegar al tercer mes y simplemente sentir que lo habíamos logrado.

Todo mejoró con la leche de arroz, incluso los llantos empezaron a bajar. No podía sacarlo ni en el coche a pasear pero estaba segura que sería momentáneo. Le pedía a Dios que me diera fuerzas y mucha paciencia para darle a mi bebé todo lo que necesitaba. Y juntos, llegamos hasta el cuarto mes donde todo fue cambiando. Ahora es un bebé feliz que se ríe a carcajadas y puede salir a pasear mirando cada detalle que le muestra el camino. Un bebé que sigue con su leche de arroz pero cuenta los días para que llegue el sexto mes y probar cosas más ricas. Su mamá, también los cuenta con él y su hermanita.

IMG-20141130-WA0005

Familia feliz que superó la crisis de llanto!