Un mes tan lindo como agosto tiene que cerrarse de la mejor manera, y qué mejor que saludando a Santa Rosa de Lima. Es por eso que ayer en la noche, antes de dormir, nos sentamos los tres en la cama y escribimos dos cartas para ella.
Hoy el nido de mis chinos hace la visita al «pozo de los deseos de Santa Rosita». Si bien no van al mismo santuario, las misses se encargan de armar un pozo lindo para los niños. Ellos, en casa escriben una cartita con mucho cariño para ella y en el nido, arrojan la cartita al pozo. Es una linda actividad que pueden hacer con ellos en casa. De esta manera, aprenden un poco de historia y además conocemos sus sentimientos y los ayudamos a expresarlos.
Mis hijos escribieron cada uno una carta. Obvio que yo la escribí pero ellos me decían qué poner. Ambos empezaron con: Querida Santa Rosita, y luego les dije que teníamos que saludarla bonito y agradecerle por todo lo que teníamos en la vida. Al final, le pedimos por la salud de la familia, la unión de sus papitos y por todos los niños que sufren en el mundo. Naelle pidió por su perrito Bruno, que ya está viejito, y Marcel también me dijo que quería pedir por los abuelitos y los animalitos de la granja. Al final, los dos pusieron que la querían mucho y la mejor parte para ellos fue «poner su firma». o sujeté sus manitos y escribimos juntos su nombre. Se emocionaron al cerrar el sobre de cada uno y lo pusieron en sus mochilas.
Creo que hablarles a nuestros hijos sobre este tipo de cosas es bueno, si bien no todos son católicos, siempre es bueno creer en «algo», o al menos contarles que hay cosas en las cuales la gente cree. Y si más adelante ellos mismo deciden NO creer, pues debemos respetarlos, pues no siempre los nuestros van a pensar como nosotros, cada uno es una persona individual con principios y creencias propias y eso lo debemos respetar. Pero es bueno enseñar de todo, para que más adelante ellos mismos puedan elegir en qué creer libremente.
Cuando les dije que podían pedirle algo a Santa Rosita, por un momento pensé que me dirían que querían pedir juguetes, o ir a algún lugar a jugar, pero me equivoqué. Pidieron cosas buenas, profundas y lindas. Claro que siempre cuando rezamos en la noche ellos piden por cada uno de los miembros de la familia, con nombres completos. Y agradecemos por todo, siempre. Tal vez eso se les va quedando en sus cabecitas. Además, le hablamos a su ángel de la guarda, para siempre los cuide y los proteja, porque la mamá, por más que quiera y se jure Superman, no lo es, y no puede estar en todo momento cubriéndolos con su manto protector y sus alas de mamá gallina.
Ayer me fui a dormir con una gran sonrisa y satisfacción en el corazón. Estoy criando hijos buenos, de buenos sentimientos y buen corazón. Solo espero que Dios, y la misma Santa Rosita, me ayude a seguirlos conduciendo por un camino así. Con piedras obviamente, pero siempre con la frente en alto y el corazón por delante.