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Las muelas!

Pasamos la etapa de los primeros dientes un poco ligera. Les dolía un poco y babeaban en extremo, pero nada fuera de lo común más que algunos reniegos y malos humores. Con Happy Dent (el Orajel peruano) y unos cuantos juguetes para morder con fuerza pasamos esa etapa.

Ahora, estamos con las muelas ya a punto de hacer su entrada y sí que nos está costando «muelas». Berrinches, rabietas, pataletas, que según yo eran un poco más fuertes de lo normal, incluso le dio fiebre hace unos días a mi chino sin razón aparente. Se meten las manos hasta el fondo, muerden lo que sea (incluso mis dedos), babean y se sienten más que fastidiados. Me di cuenta que eran las muelas cuando en uno de sus berrinches abrieron tanto la boca que le vi el fondo de sus encías bien rojas e hinchadas. No calculo cómo debe picar, arder, doler, etc. A mi chino le está costando un poco más, y lo peor es que aún no revientan. Solo me queda ayudar a calmar su dolor.

Aquí, algunos tips que pueden ayudar en estos casos o cuando salen incluso los primeros dientecitos. Para algunos esos también son molestos.

1. Collares para la dentición
Una vez me presentaron unos collares con piedras lindas. A esas piedras se les conoce como «ámbar». Cuando la piel del bebé está en contacto con un collar de ámbar, la suave calidez de su cuerpo libera el ácido succínico del ámbar sobre su piel. El ácido succínico es conocido por acelerar la curación de las heridas, aliviar los dolores musculares, reducir la inflamación de la garganta, el oído y el estómago, reduce y previene la enfermedad respiratoria, disminuye los síntomas de cólico, reduce el reflujo ácido, reduce el eczema y mejora la función del corazón, hígado, riñón, e intestino. En Facebook lo venden e incluso puedes elegir lindos modelos y diseños.

2. Esencia de vainilla
La vainilla tiene propiedades calmantes naturales que pueden aliviar la ansiedad asociada con la dentición y aliviar el malestar digestivo. La presión de frotar el líquido en las encías proporciona alivio al bebé.

3. Algo para masticar
Esto implica tantas cosas como alcance tu imaginación, desde el caucho natural o la madera, hasta el dedo de papá o mamá, pasando por los juguetes para la dentición. Los pedazos grandes de verduras refrigeradas o congeladas, como por ejemplo, las zanahorias, o un buen trozo de pan congelado. Una cucharilla fría o una cuchara de madera también pueden ser útiles. Cada bebé tiene sus preferencias.

4. Hielo
Otra solución es enfriar y anestesiar suavemente las encías inflamadas. Puedes utilizar un cubito de hielo que empieza a derretirse para frotar suavemente las encías, o un helado hecho a base de frutas, leche o infusión de manzanilla.

5. Presión
Presionar las encías inflamadas con el dedo limpio y frío, crea presión contra el diente emergente que alivia temporalmente el malestar. Pero ten cuidado, tu dedo puede quedar atrapado y apresado por un cocodrilo bebé. Si ya tiene dientes, PEOR!

6. Homeopatía
Para muchas madres, la dentición de su bebé es su primera introducción a la homeopatía, que actúa estimulando el sistema inmunológico. La manzanilla es el remedio más comúnmente recetado para los síntomas de la inquietud y la mejilla roja. La belladonna puede ser más apropiada cuando hay una cara muy enrojecida y fiebre. La pulsatilla es útil cuando el niño pide brazos constantemente y llora mucho por el malestar. Estos son los tratamientos más comunes, pero es necesario consultar a un homeópata profesional para que nos indique el remedio más apropiado al caso del bebé.

7. Amamantar
Es un hecho demostrado que la lactancia materna y el contacto piel con piel alivian el dolor durante las intervenciones médicas de los bebés y favorecen y refuerzan el sistema inmunológico del pequeño, promoviendo su mejoría. Muchos bebés instintivamente quieren mamar más durante la dentición, ya que el hecho de succionar les relaja el dolor. Algunos pequeños se consuelan con un chupón, pero si tu hijo no lo utiliza, es muy probable que busque el consuelo del pecho de mamá constantemente. Esto suele impresionar a algunas madres, pero la crisis dura solo unos días y el beneficio para el bebé es muy grande.

8. Remedios Florales
Los remedios a base de flores ayudan a controlar los estados emocionales. Son gotitas que solo tienen esencia de flores. Se les conoce como Flores de Bach. Estas se recomiendan cuando el bebé es mayor a un añito.

9. Aplique una barrera
El babeo excesivo causado por la dentición puede causar una erupción irritante alrededor de los labios y la barbilla del bebé. Es recomendable lubricar la piel con un emoliente suave tal como aceite de almendras dulces, aceite de coco, o aceite de cártamo para evitar que la piel se humedezca con la saliva y se irrite.

10. Clavos de olor
El clavo de olor es conocido por su capacidad para aliviar un dolor de muelas. El aceite de clavo es muy potente y debe estar muy diluido antes de aplicarlo sobre las encías del bebé. Se puede diluir en un aceite portador como el aceite de oliva y después se frota sobre la encía.

Estos son solo algunos consejos naturales que ayudan a los bebés a sobrellevar las molestias de la dentición, pero lo más eficaz es el consuelo de los brazos de sus papás y que el bebé esté jugando tan entretenido que no se acuerde mucho de su dolor. Aunque parezca sorprendente, a veces es lo más efectivo cuando los pequeños ya se ponen de pie y corren.

Además, los papás deben llenarse de paciencia. Las pataletas y berrinches duran solo unos días.

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Arrorró mi niño madrugador

Hace varias semanas parece que hemos vuelto a las madrugadas difíciles de los primeros meses. Si bien mis bebés están más grandes, eso no quiere decir que estén durmiendo mejor. Al contrario, creo que ahora se despiertan más veces que antes, y lo peor, es que no es para tomar leche. Sino simplemente se despiertan porque algo les molesta o no les gusta.

Tengo mis teorías, y creo pensar que Marcel al menos, se despierta porque sus muelitas están apareciendo. Pobre, debe doler mucho sin duda. Y Naelle, bueno ella es difícil hasta para caer como papa a la  cama a pesar de haber dormido por la tarde. Y la verdad es que los bebes son impredecibles.

Escucho casos de bebés que duermen 12 horas de corrido sin decir ni una sola palabra durante las noches. A ellos yo les llamo «bebés angelitos». También están los «bebés comelones», que ya tienen más de un año y se siguen despertando reclamando su «tete», y pobre del que no le de su bendito tete, no para de gritar hasta que sale el sol y ahí sí que se cuenta como una real noche en vela. Además, tenemos los bebés «ojo duro», que duermen tarde y se despiertan temprano, y cuando es fin de semana, hasta más temprano todavía, lo bueno es que este tipo de bebés no suele despertarse tan seguido en la noche, la energía la queman antes de dormir cuando lo único que quieren es correr y jugar. También tenemos los «ligeritos», que se despiertan con el mínimo ruido dentro o fuera de la casa, son esos bebitos que nos hacen odiar las motos, los carros correlones, los pitos, perros y todo lo demás que suene cualquier día por la calle. Están los «incomprendidos» como los míos, que simplemente se quejan y revolotean en su cuna 100 veces en la noche y de un brinco me hacen saltar de la cama y correr a ver si todo bien. Y puedo seguir con la infinidad de tipologías de bebén en cuanto a sueño se refiere.

Lo cierto es que, no es que los bebés se despierten, es que muchos se quejan y hacen ruidos pero es por dos razones: o porque están soñando, o porque están entran a otro ciclo de sueño (esos ciclos pueden ser: ligero y profundo), en el primero es en donde más se quejan y hacen sonidos. Pero para esto hay una ley:

Si hace ruido pero no llora y tiene los ojos cerrado…

NO HAGAS NADA

Es algo muy interesante porque la verdad peluda es que nosotros muchas veces, en un 99% de casos, somos los que despertamos realmente a nuestros bebés. Al correr a auxiliarlos o ver qué les pasa, estamos contribuyendo a que se despierten completamente. Ya sea porque perdieron su chupón, o porque hace un calor de los mil demonios, debemos dejar que ellos mismos se arrullen solos. Funciona, pero cuando ya se vuelve algo muy fuerte y lo vemos parado samaqueando las maderas de la cuna o sentado con lagrimitas en los ojos, mamá debe correr a salvarlo. Puede haber sido un mal sueño, o cualquier cosa que ronda por su cabecita. Ahí si no hay reglas, si quieres lo llevas a tu cama o haces lo que yo hago: te unes a ellos y te metes a su cuna. Ver su carita de felicidad cuando entro y me echo con él, lo vale todo, las miles de horas sin dormir y las ojeras al día siguientes se ven recompensadas con esa carita.

Si el caso es un bebé pilón, que moja pijamitas y llena pañales muy seguido por las noches, la solución es más sencilla: restringe el consume de líquidos a partir de las 6:00 pm. Es imposible que se deshidrate y de hecho según dicen, alimentarlos dormidos es una de las causas más habituales de que el bebé coma mal despierto. Será? No lo sé, pero si es tu caso, nada pierdes intentándolo.

Yo no me canso de la rutina nocturna y aunque no funcione de maravilla, porque aún se despiertan en la noche, ya me hice la idea de que así será por muchos años. Por eso, cuando me preguntan si ya duermen corrido de noche, respondo que no y que nunca será así. No me canso de pensarlo porque si me tocaron así, pues así serán. Nada de hacerlos llorar y dejarlos privados hasta que se cansen. Si me necesitan ahí estaré. Le moleste a quien le moleste!

Feliz y ojerosa mamá de doble yema.

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En la playa con precaución

Este verano el sol prometió estar más que presente. Y a pesar que estos últimos días no nos acompaña su resplandor que ciega a cualquiera, la radiación está por las nubes (literal). Muchos aman la playa, algunos no mucho pero van por los hijos que disfrutan de la arena y del mar. Es por ellos que debemos tener mucho más cuidado y tomar los siguientes consejos:

 

¿A qué edad puede un bebé ir a la playa?
Un bebé menos de seis meses no debe ser expuesto al sol. Si va a la playa o a la piscina debe permanecer a cubierto, debajo de una sombrilla y preferiblemente vestido con ropita ligera de tejidos naturales como el algodón.

¿Con qué edad puede bañarse?
A partir de los seis meses se puede llevar al bebé a la playa y a la piscina y darse baños sin problemas.

Cremas solares ¿Sí o no?
En bebés muy pequeños, las cremas solares no son recomendables porque les pueden provocar irritaciones y alergias. Además, al llevarse las manos a la boca pueden ingerir el producto. Cuando se use crema solar hay que procurar que sea resistente al agua. Hay que extenderla una media hora antes de acudir al lugar soleado y renovar después de cada baño y/o cada 2-3 horas.

¡Es importante que sean de cobertura total! Es importante aplicar la crema solar en las orejas, el cuello, la nariz y el empeine de los pies.

Fíjate en la fecha de caducidad de las cremas solares porque también caducan. Una vez abierto en envase, el producto se oxida y el filtro va perdiendo eficacia, de manera que sobrepasada la fecha que pone en el envase es probable que la protección no sea tan eficaz. Si observas que los ingredientes están ‘separados’ (aceite por un lado y agua por otro), compactados o cuarteados desecha el producto.

¿Bañarse con ropa?
En bebés son más adecuados los filtros físicos (camisetas, gorros, pañuelos, gafas, sombrillas, toldos…) y toda aquella barrera que se interponga eficazmente entre los rayos ultravioleta y su delicada piel. Existen en el mercado muchas marcas que ofrecen ropa de baño con protección solar.

Existen prendas específicas que protegen la piel del bebé que, además, pueden usarse durante el baño, ya que secan rápidamente. Estas prendas son especialmente útiles en niños más mayorcitos que pasan mucho tiempo jugando en el agua.

Los ojos también cuentan
Ten en cuenta que el agua y la arena reflejan la radiación ultravioleta, de manera que es importante proteger la piel y los ojos del pequeño. Usa gafas con lentes homologadas, con filtros adecuados (no es lo mismo ir a la nieve que a la playa) y que cumplan la normativa vigente en la Unión Europea. A partir de los 18 meses es fácil encontrar gafas de sol para bebés.

Juguetes de la playa
Fíjate bien que todos los productos acuáticos para niños que compres tengan el sello CE que acredite que han cumplido con la normativa de seguridad.

Seguridad también fuera del agua
Vigila en todo momento a tus hijos si no saben nadar y se encuentran cerca del agua.

¿Qué horas debes evitar ir a la playa o piscina con el bebé?
Procura que el niño no esté en la playa o piscina en las horas centrales del día (de 11 a 16 horas, aproximadamente) y presta atención no sólo a si está en sombra o no. Además, hay que tener en cuenta la temperatura. El mecanismo termorregulador de los bebés (la sudoración) no funciona aún correctamente, de manera que puede sufrir un golpe de calor sin que apenas nos demos cuenta. Refréscale con frecuencia y procura ponerlo a la sombra.

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¿Qué se trae el 2016?

Ya estamos casi quincena de enero y yo recién escribiendo mi primer post del año. Y todo se debe a que estuvimos unos días de vacaciones en familia. Vacaciones que prometían ser las mejores de la vida, y terminaron siendo más que complicadas. Como dije en una publicación anterior, a veces los planes no salen como uno lo espera.

Pasamos el año nuevo juntos, fue lindo y tranquilo esperar las 12 conversando simplemente de todo y de nada a la vez. Ellos dormían y nosotros nos quedamos hasta las 4:00 am escuchándonos. Por primera vez en casi año y medio. Los días siguientes iban bien. Salíamos a pasear y a comprar lo que llevaríamos a la playa el domingo. Decidimos ir ese día para evitar tráficos y además para aprovechar mejor la semana. Yo trabajaría por la mañana (tema urgente) y a ya por la tarde saldríamos al sur. Todo estaba planificado y dormimos perfecto el sábado pensando en lo lindo que la pasaríamos.

Al as 5:30 am nos paramos como de costumbre a preparar la leche y al terminar de darle a Naelle, se vino el huayco con furia. Vomitó todo lo que había tomado y más. Yo desesperada (porque no hay cosa que más me asuste que los vómitos, la fiebre y el estómago suelto en mis bebés), y ella seguía vomitando sin parar. Algo le pasaba y empezaba a preocuparme. Nos quedamos tranquilos durante la mañana, pues luego de unas horas tomó su jugo y lo aceptó perfecto. No habían rastros de estómago suelto ni fiebre. Hasta la tarde que luego de su segunda leche del día volvió a vomitar. Fue suficiente para que esta mamá primeriza «amante» de las emergencias en las clínicas saliera volando para que un doctor nos dijera qué le pasaba. En el carro ya la toqué un poco calientita, y efectivamente, al llegar tenía 38,2 de fiebre. El doctor le dio panadol y me pidió bañarla por 20 minutos antes de revisarla. Lo hice y ella estaba tranquila hasta que entró el doctor. Cómo los odia por Dios. La revisó mientras yo le explicaba paso a paso todo lo ocurrido hasta que volteó y me dijo, no es estómago, es faringitis viral. Luego cuando ya me explicó todo entendí mejor. Uno de los síntomas de faringitis pueden ser vómitos e incluso diarrea. En fin, pasamos la noche en Lima. No sería día de playa por ahora, veríamos cómo amanecía al día siguiente.

Todo iba bien, solo botó un poquito de leche pero porque le dio asco su remedio. Así que decidimos salir rumbo al sur. Después de poner todo en la maletera, de cargar el carro como combi en hora punta, y hacer doble check list para no olvidarnos de nada, nos fuimos. El camino fue bueno, ella durmió rico y él vio sus dibujos todo el camino. Felicidad extrema cuando llegamos, porque al ver a la «tita», abuelita engreidora máxima, casi casi se vuelven locos. La arena les encanta y desde que llegamos pedían ir corriendo a la playa. Todo iba bien. Hasta la noche… les tocó nuevamente su leche y yo, acababa de darle a Naelle en la cama cuando riéndose paró en seco y me dijo «no no», y botó absolutamente todas las onzas de leche que había tomado. Una pesadilla, otra vez! La cambié y traté de pensar que seguro era la última vez que pasada y ya estaría bien. Una hora más tarde vi su pantalón manchado. Empezó la diarrea y yo me quería morir. Es más, pensé en irme esa misma noche (a solo unas horas de haber llegado), pero la voz de mi conciencia y esposo me puso en mi lugar con 3 palabras directas y claras y decidimos pasar la noche, o al menos intentar pasarla.

Esa noche él cayó cansado relativamente temprano (9:30 pm aprox). Pero ella, parece que se esmeró en llamar la atención y durmió a las 12:30 pm y seguro que no la obligábamos serían las 3:00 am y seguiría más que despierta. Pasamos la noche y al día siguiente fuimos a la playa. Cargando mil cosas, cada integrante de la familia, más a los dos bebés de 12 kilos y casi 10 en brazos, casi casi no llegamos ni al toldo. Es realmente un calvario y parece que caminamos incluso sobre llamas vivas. Yo, tuve que ir en pijama la primera vez porque Naelle estaba desesperada por ir, y no quería ir más que conmigo y no me daba el tiempo de cambiarme. La llevé y luego regresé a cambiarme. Estuvimos un rato, llenos de bloqueador y bajo sobra todo el tiempo cuidando que no coman arena, no se metan al mar como si fuera piscina (porque Marcel parece que conoció el lado que le faltaba para ser feliz: el mar), y mil otras cosas más que hay que tener super en cuenta cuando uno va a la playa con bebés (siguiente post de todas maneras con los «must» para llevar a la playa).

Regresamos a la casa, nos bañamos y tratamos de almorzar. Parece que la playa no les abrió el apetito como pensé, sino al contrario, se lo cerró porque no querían nada. Obvio que a Naelle le hicimos sopita de pollo, pero no quería igual. Comieron galletas, fruta, jugo, yogur, eso sí, pero nada de su comida.

Todo parecía estar mejor y ya encaminado a seguir mejorando. Naelle al día siguiente estaría de mejor humor y sería un mejor día de playa e incluso habíamos pensado irnos un poco más al sur a que los bebes conozcan lugares a los que íbamos antes que ellos llegaran al mundo. Idea que fue destrozada a la 1:00 am con un ataque compulsivo de vómitos que me agarró de la nada. Sí… a mí!

Esa noche fue una pesadilla. Recordé lo que pasé las últimas dos semanas de embarazo y me asusté. Al día siguiente fuimos a la clínica de Asia, me pusieron suero y esperamos resultados. Una infección al parecer, pero aún no sé bien qué pude haber comido. Pues comí igual que los demás! Realmente fue de terror. Y cuando volví a la casa en la playa solo quería mi cama. Y ahí sería imposible. Cuando vas a la playa hay que tener no 2 ojos sobre los bebes, sino más de 4 ojos y por cada uno! O sea imposible. Decidí regresar a Lima aunque aquí tenga menos ayuda. Lalo se molestó, pero yo me sentía realmente mal. Así que volvimos.

No quería arruinar nuestras vacaciones, y todo parecía indicar que lo estaba haciendo. Gracias a Dios al día siguiente me puse las pilas, y aún con malestar, decidí encaletarlo y pasarla bien. Fuimos al zoológico de Huachipa (que pos cierto está muy lindo), al parque, a conocer el nuevo nido donde harán taller de verano los bebes (post adicional sin duda), comimos helados, fuimos a Small Place y lo mejor de todo fue que la pasamos juntos y bien.

Para cerrar con broche de oro, la última noche pudimos ver una película los dos solos. Algo que no hacíamos en mucho tiempo. Duró más de lo que debería durar, por las mil pausas que le dimos por llantos espontáneos y por leches de noche, pero lo logramos.

Esta es la historia de unas vacaciones un poco accidentadas pero que marcaron el inicio de un nuevo año que sin duda será mejor. Lleno de alegrías y de sueños por cumplir, y sobre todo, de lecciones que aprender.

Bienvenido 2016.

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¿Planes?

Desde que soy mamá, he aprendido que no existe el plan perfecto ni aunque sea pensado hasta el más mínimo detalle. Siempre algo sale mal o no sale como lo esperamos, por eso debo entender que es necesario trabajar en mis expectativas, para no llevarme la final una desilusión.

Bueno, resulta que este sería el primer año nuevo de los mellis en la playa. ¿Por qué recién y no el año pasado? Porque simplemente no me imaginaba en la playa con dos bebitos de 4 meses que ni siquiera pueden sentarse por sí solos. A pesar de las insistencias, consejos, tips y hasta críticas «constructivas», no cambiaba la tranquilidad de estar en casita con los bebes y con mi Bruni tembleque por los coetones.

Pasó el verano y no fuimos a la playa. Yo había empezado un nuevo trabajo y ellos recién empezaban su vida en el mundo y me parecía un poco pronto para bloqueadores, arena y demás. Puede sonar algo neuromamá, pero lo siento mucho, si lo soy, soy neuro y a mucha honra. Pero lo que es yo, no quería estresarme más de lo que ya estaba por la ausencia de leche materna que tenía, la lucha porque ambos tomaran su biberón, las caquitas sueltas de Marcel por la alergia a la proteína de leche de vaca y los pocos gramos que Naelle subía en cada control médico. Por eso decidí no ir en ese año.

Ya hoy, es distinto. Ellos ya están más grandes, caminando solos, y un poco más «independientes» que antes», pero con ello también llegan otros tipos de retos como: correr tras ellos para que no se tiren por las escaleras, cambiar pañales en pleno movimiento, guerras de comida a la hora del almuerzo, y muchas cosas más que me hacen literalmente sudar «con gotas y todo» de buenas a primeras. Pero con todo y esa complicación, me animé.

El problema ahora era otro. La logística completa empezaba a molestarme y a dejarme noches sin dormir por la larga lista de «cosas por llevar» que tenía: 2 pack and play, 2 coches, un esterilizador, 2 tipos de pañales (uno G y otro XG), biberones, leche, agua de bidón a montón, una bañera, colchones para el P&P, juguetes (esos que nunca deben faltar), y sin mencionar cada prenda que debo llevar (por si se ensucian, si se les pasa la pila, si se mojan, etc, etc etc). Y seguro no terminan de aparecer las cosas por llevar, pero lo cierto es que en mi humilde carro no entraría todo en un solo viaje. Y no hablo de un viaje aquí nomas. Nosotros nos vamos casi por Cerro Azul, casi casi la última playa del sur de Lima.

En fin, el viernes de Navidad nos entró la locura y dijimos «vamos mañana a la playa». Es hora de que conozcan el mar y la arena, y de paso llevaríamos algunas cosas para «adelantar». Y nos fuimos… fue bonito, ver la cara de mi chino tocando la arena feliz y llorando porque ya debíamos regresar a la casa; mi china lady sin querer tocar mucho la arena pero igual feliz de ver el «maiiii» como ella le decía al mar, lo compensó todo. Pero lo que pasamos en esas horas fue realmente agotador. Corriendo aquí y allá mientras arreglábamos la casa y donde ellos dormirían, intentar darles de comer en un lugar ajeno al suyo, esperar a que llegue el sueño después de haber dormido en el carro durante el viaje y pasar la noche casi en vela por sus constantes despertadas de madrugada, simplemente nos mató.

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Puedo contar con luje de detalles lo que pasó minuto a minuto, pero realmente me canso de solo acordarme. Es chistoso, y ahora nos reímos de ese día que pasamos por allá, pero en el momento solo pedíamos pausa al tiempo. Creo que ni nos pudimos bañar en la ducha por todo el tiempo que estuvimos detrás de ellos cuidando que no se tropezaran con las gradas de la casa, ni que se metieran a los huecos más desconocidos de sus vidas. Ellos felices, pero nosotros molidos.

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Es así como decidimos, un año más, pasarla en casa, tranquilos los cuatro celebrando y dándole la bienvenida al año como se debe. Creo que aun es un poco complicado salir con «menos» cosas de las que necesito para ellos. Porque bueno, para algunos seré complicada, pero si lo vemos desde los ojos de una mamá de doble yema, estoy segura que no se vería así. Prefiero con calma volver a ir luego de fiestas, todo más tranquilo, relajado y felices todos. Así, ellos y nosotros desfrutaremos más nuestro día off.

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Además, sea donde sea que la pasemos, si estamos juntos los 4 siempre es mejor.

Feliz año nuevo!!!

 

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Que sea una Feliz Navidad sin pirotecnia!

Faltan poquitos días para celebrar Navidad y mi emoción crece como cuando era niña. Recuerdo que me gustaba tanto esperar las 12 con toda la familia en la sala de mi casa que contaba las horas el mismo 24 para que se haga de noche. Cuando mi abuelito vivía, él me hacía chistes y jugábamos a «quien se ríe primero pierde» y podía pasarme mil horas jugando lo mismo. Qué divertido era hacer eso.

Luego, fueron pasando los años y estas fechas se volvieron un poco complicadas por Bruno, mi perro. Él sufre tanto con la pirotecnia que cada año se me parte el alma de verlo así sin poderlo ayudar. No hay gotas ni calmantes que lo ayuden, son noches muy feas para él. No es como cualquier perrito que huye y se esconde para pasar las horas así, él busca a la gente, rasguña y se desespera para que alguien lo proteja. Es tan cruel cómo la gente sigue haciéndolo sin pensar en las consecuencias.

Y bueno, el año pasado fue igual, tal vez con la edad que tenia pensamos que sería más fácil, a los 11 años tal vez ya no escucha como antes, pero no, nos equivocamos. Siguió siendo tan aterrador como los años anteriores. Y yo, con mellizos de 4 meses en ese entonces me hacía un mundo. Pero bueno, pude con todo y el año nuevo incluso se fue y lo logramos un año más.

Hoy, que ya tiene 12 años y mis bebitos 1 año y 4 meses, me emociono y me preocupo. Es cierto que por un lado me siento feliz de que los bebes vean el árbol, cojan las bolitas de navidad, se alegren de ver a Papa Noel (aunque al inicio se asustaron un poco), y hasta incluso examinen con curiosidad los regalos que ya están en la sala de la casa. Pero por otro lado vuelve la pregunta y preocupación de pasar un año más con Bruno en los brazos tratando de ayudarlo a pasar la noche. Es difícil, porque él es como mi primer hijo, aunque algunos se rían, lo es. Y me trauma que se acerque la fecha.

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Y ni qué decir de los bebes! No sé cómo reaccionarán hoy con la pirotecnia. He leído mucho sobre que puede afectar la audición, aquí un poco sobre ello:

El ruido intenso de la pirotecnia afecta a todas las personas, pero los bebés de menos de un año son mucho más sensibles a este estímulo sonoro. La exposición a estos sonidos puede causar trastornos severos como la pérdida de audición, zumbidos y alteraciones en el sueño en los niños.

Si un bebé es expuesto a los ruidos intensos de la pirotecnia puede llegar a sufrir importantes lesiones en el oído, según afirma la otorrinolaringóloga infantil María Julia Medel, y esto se debe a la vibración intensa que generan. Es importante consultar a un especialista si un niño siente zumbidos en sus oídos durante varios días, lo mismo si se sospecha de una pérdida de la audición que persiste y no es transitoria.

En estos casos la prevención es fundamental ya que los trastornos auditivos pueden ocasionarse por la exposición a un sonido de gran intensidad como así también suceden por lesiones acumulativas del oído. Los padres tienen que mantener a los niños lejos de los lugares en donde se arrojen fuegos artificiales y además de ello colocarles a los pequeños taponcitos de algodón o protectores en los oídos; también es importante en caso de ser posible el colocar a los niños en un ambiente cerrado que los proteja de los ruidos.

Pero estos daños no son los únicos, la salud mental del bebé también puede verse afectada ya que el ruido para ellos es invasivo y extraño por los altos decibeles, ante las explosiones de los fuegos artificiales los niños reaccionan llorando y quedan exaltados necesitando la contención paterna para poder conseguir la calma. Es por esto que los niños pueden padecer trastornos al dormir, si el cuadro persevera y bebé no consigue conciliar el sueño es crucial consultar con un especialista

Como siempre, podemos hacer algo más para ayudar a los más pequeños a pasar bien la noche, que no queden con ningún miedo y duerman felices.

  • Cuidar la distancia que tenemos del punto de detonación, mientras más lejos menor posibilidad de daño por ruido.
  • Mantener a los niños alejados.
  • Poner a los bebés en un lugar cerrado.
  • Encender la televisión o poner música suave.
  • Coloca en la cabeza de los niños vinchas que tapen las orejas o tapones en los oídos.
  • Jamás le des a tu bebé ningún elemento de pirotecnia, ni siquiera esos que se creen seguros como las chispitas.
  • Si tu bebé es recién nacido, mantenlo abrazado para que se sienta protegido.
  • Hazlo sentir seguro, ya que el sonido y las luces pueden llegar a asustarlo, pero tu serás quien debe quitarle el miedo: muéstrale las luces y conserva la calma para que el no se angustie.

Solo espero que estas fiestas sean realmente felices y que cada uno de ustedes la pase genial, se cumplan todos sus deseos y el niño Jesús que está a punto de nacer entre en cada uno de sus hogares para darles amor, paz y mucha protección!

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Feliz Navidad Doble Yema!

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Suaves Caricias

El día de ayer llegó una caja a la casa que parecía muy interesante. La subimos al cuarto y en la cama los tres mirábamos con atención qué hacer con ella. Ambos empezaron a tirar de las cintas para tratar de abrirla rápido y con emoción. Siempre me preguntaré (y endulzaré) con su mágica obsesión por las cajas de cartón.

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Tras unos «miiiira» de Naelle y algunos «woooow» de Marcel descubrimos que Johnson’s nos había mandado algunos regalitos para probar, divertirnos, cuidarnos y estar felices.

Siempre he sido de la idea de cambiar pañales con aguita y algodón. Pero cuando salimos de casa es otra la historia, necesitamos pañitos húmedos en todo momento. Por ejemplo, cuando agarran tierra, gatean en el piso cochino, se cae un juguete al suelo y obviamente, cuando debemos cambiar el pañal. Y tener un tipo de paños para cada uso es lo mejor.

Descubrí que Johnson’s tiene tres tipos de pañitos húmedos:

  • Recién Nacido (color amarillo): Que es casi casi como el agua y el algodón, no tienen alcohol ni perfumes, y bueno, está clínicamente comprobado al igual que todos sus modelos.
  • Extra Cuidado (color rosado): Son como pañitos humectantes. Tienen extracto de crema y puede sacarte de apuros cuando quieres limpiar la piel de tu bebé hasta por 7 horas. No tienen alcohol y son muy resistentes.
  • Dulces sueños (color morado): Tienen una esencia relajante Natural Calm además de un aroma a lavanda muy rico. Puedes usarlo luego del baño para limpiar detrás de sus orejitas para adormecerlos.

Sinceramente, los probé y me encantaron. Más que todo por su interesante presentación en versiones para cada momento del día!

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Mis mellis y yo estamos felices con las #suavescaricias de Johnson’s Baby. Qué dices, te animas a probarlos? Si quieres, comparte este post, etiqueta a Mamá de Doble Yema y cuéntame si quisieras probar alguno de los tres tipos de pañitos.

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Mi bebé de alta demanda

Hace un tiempo escucho el término de «bebés de alta demanda» con mucho más fuerza. Recuerdo que cuando recién nacieron los mellis y yo me estresaba por el intenso llanto de Marcel leía e investigaba de todo para saber qué podía estar pasando con mi bebé. Ella tan tranquila y risueña desde bebé, y él tan renegón y «llorón» desde el primer mes de nacido. Personalidades definidas y características marcadas desde el día 1.

No conocía mucho del tema, hasta que entendí que es la forma moderna de llamar a los «bebés llorones». Y a pesar que muchos pueden pensar que sus bebés son demandantes, porque lo son, esta definición es diferente. El bebé demandante puede ser tan intenso como él quiere e incluso puede ir cambiando, con esa misma intensidad, a lo largo de toda su infancia. En mi caso, Marcel empezó a llorar menos pero ahora que ya tiene un años y cuatro meses, hace saber qué es lo que le molesta. Y siendo sinceros, lo llorón y demandante aún le queda.

Son esos niños que no quieren soltar a su mamá por nada del mundo, que examinan todo con atención y si los tratar de apartar de lo que ven explotan, si algo les molesta se frustran y reniega, algunos nunca quieren soltar la teta aunque la usen de chupón, lloran al límite cuando quieren llorar y ríen con ganas cuando algo les gusta. Son especiales y tú como mamá también debes ser especial. Lo único que debes hacer es armarte de valor y paciencia porque vas a acompañar a tu bebé en esto y no debes morir en el intento.

Esta son algunas características que te permitirán confirmar que tienes un bebé de alta demanda. Pueden ser algunos o todos los que presente tu bebé, pero si solo son un par de la lista, puede que tengas solo un bebé un poco fastidioso:

  • Intensos
  • Hiperactivos
  • Necesitan siempre estar en contacto
  • Frecuentemente quieren succionar (no importa si no hay leche)
  • Demandan tiempo
  • Se despiertan frecuentemente
  • Insatisfechos
  • Impredecibles
  • Hipersensibles
  • Absorbentes
  • No pueden calmarse solos
  • Sensibles a la separación

Los bebés de Alta Demanda son niños muy activos, que buscan constantemente estímulos para satisfacer su curiosidad, su necesidad de aprender, que viven la vida con intensidad y pasión y por lo tanto no quieren perderse ni un segundo de lo que pasa a su alrededor aunque puedan enfrascarse en examinar todo lo que llega a sus manos con detenimiento máximo.

Si tienes un bebé con estas características, estos son algunos tips para enfrentar cada uno de tus días y aunque no lo creas, disfrutar de ellos:

  1. No te culpes porque tu hijo no sea como se supone que debería ser. Él es único, especial y puedes aprender mucho a su lado.
  2. Simplifica tu vida. Estos niños nos consumen mucha energía, así que no la malgastes en cosas innecesarias.
  3. Relájate y disfruta de tu hijo. Si tú estás tranquila todo irá mejor.
  4. Atiende sus necesidades, sin descuidar las tuyas.
  5. Acompáñalo en el manejo de sus intensas emociones, necesita una guía para hacerlo, y tú eres la persona más importante para él.
  6. Rodéate de gente que te comprenda, solo quien está en tu misma situación sabe de qué le estás hablando.
  7. Protégete de las críticas de la gente. Lo más importante es tu hijo y su bienestar.
  8. No hagas cambios bruscos en su vida, los cambios poco a poco, y siempre contándole lo que va a pasar, con antelación.

Yo la tengo un poco más difícil y a veces hasta me encierro en el baño a llorar porque tengo también a Naelle. Una bebé que más de demandante es un cascabel. Ríe, coquetea, repite todo lo que se le dice y es un rayito de sol. Ella se va con todo el que le enseñe pajaritos en el cielo y disfruta con ellos, y yo no le doy el tiempo que ella merece. Por eso, cuando estamos juntas es lo mejor del mundo, pero me parte el alma cuando la veo más tiempo con otras personas y yo sin soltarle la mano a mi chino que me necesita mucho. Espero que poco a poco todo cambie y pueda por fin darle el 50% a los dos. Porque es lo que mi corazón siente, pero lamentablemente solo tengo dos brazos y en esta etapa cada uno necesita dos brazos: corren, saltan, se trepan, quieren alcanzarlo todo y a veces no es suficiente. Es una pena que el día solo tenga 24 horas, de las cuales por lo menos 9 de ellas me las paso en la oficina, pero obvio, siempre dejando el corazón en casa. Con mis dos terremotos demandantes de amor.

Y recuerda, tu hijo no es llorón, solo tiene necesidades más demandantes y necesita de ti!

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Una nueva mamá

Es increíble pensar cuántos bebés llegan al mundo cada día. Cercanos y desconocidos día a día el mundo se llena de bebés que hacen su entrada triunfal a este mundo que lejos de ser perfecto, les da la bienvenida con los brazos abiertos. Cada día hay una (o varias) mujeres que cumplen un deseo, dan una vida, se vuelven especiales. Y a todas ellas quisiera decirles algo.

A ti nueva mamá:

La maravilla que acaba de pasar es real. Ese corazón que latía dentro de tu panza, ahora debe empezar a latir fuera de ti. Y a cualquiera eso asusta al principio. Nadie dijo que fuera fácil, pero tampoco nadie dijo que tu bebé vendría con manual bajo el brazo y botón de On / Off. No existe mujer que haya estudiado cómo ser mamá, eso se aprende en el camino. No te volverás experta de la noche a la mañana, pues serán esas noches y mañanas las que te enseñarán a ser lo mejor que pudo pasar en la vida de ese bebé que llegó al mundo gracias a ti.

Cambiar un pañal puede ser tan aterrador al inicio como estar en una montaña rusa. Pierde ese miedo porque nadie más lo hará mejor que tú. Ayuda tendrás, y si piensas que no la tienes, pídela. Nadie se negará a darte una o las dos manos las veces que lo necesites. Y pedirla no te hace mala mamá, sino humana.

La lactancia no es como jugar a saltar la soga. La lactancia duele. Duele física y emocionalmente, pero ahora alguien más debe alimentarse de ti. Ese dolor debe impactar lo menos posible. Y otra vez, no eres mala mamá si al poco tiempo de intentarlo decides aplicar la famosa y «temida» fórmula. Nadie tiene por qué juzgarte. Si tienes aprovéchalo al máximo y disfruta del momento. Y si no la tienes, siéntete feliz porque lo intentaste. Esa conexión de la que todos hablan cuando tu bebé se alimenta de ti es bella, pero esa misma conexión la puedes hacer de mil maneras más, hasta con un biberón en el medio.

Los días se pasarán rápido y tal vez las primeras semanas no logres diferenciar el día de la noche, ni los lunes de los domingos. Pero serán después los mejores días de tu vida. Días en los que te tomarás el tiempo de entender que esa responsabilidad tan grande que ahora está en tus manos no debe asustarte sino hacerte sentir orgullosa porque lo estás haciendo bien.

Llora si quieres llorar. Enciérrate en el baño y saca todo lo que tengas dentro, luego sécate esas lágrimas y vuelve con la misma sonrisa y voz tierna que tu bebé escuchaba hace meses. Ellos absorben todo de ti, tu paz, tu alegría, tus ganas de vivir, tu amor, tu cariño, así como también tu pena y preocupación. Tú eres la extensión de su cuerpo cuando lo cargas. Tus brazos son sus brazos, ellos aún no saben en dónde termina su cuerpo, por eso tú eres su todo. Siéntete feliz por ello porque más adelante querrás volver a ser su todo.

Duerme cuando puedas. Las ojeras son lo de menos y qué mejor que mostrar esas marcas de mamá primeriza en pleno entrenamiento. Una siesta de 20 minutos es como una siesta de una hora. Y no le temas a las noches, luego las extrañarás y esas noches no vuelven. Solo quedan en tu memoria, así que trata de construir historias lindas para contarlas luego.

A ti nueva mamá, te digo que tal vez hoy te sientas abrumada y temerosa, porque es realmente un gran cambio. Pero a ti nueva mamá, también te digo y te prometo que serás una excelente mamá. La mejor mamá que pudo elegir tu bebé.

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Llegaron los 16

Cada vez me parece que pasa más rápido el tiempo y empiezo a extrañar «el antes». El tenerlos echaditos en un solo brazo, esos ruiditos que hacían al dormir o tomar su leche, esos ojos ansiosos por verlo todo en un segundo, esas manitas temblorosas, esos bostezos, esos pies, manitos… todo cambia y cambia rápido. Son días difíciles, pero al final, cuando veas a tus hijos corriendo y gritando de felicidad al estar en el parque persiguiendo a los pajaritos diciendo una y otra vez «pio, pio», piensas en esos días que ya se fueron pero estarán en tu mente para siempre. Y pensarás que lo estás haciendo bien, pero duele un poco aceptar que ellos crecen, y que a pesar de todo lo que hagas, ellos tienen que tomar un camino y empezarán a volar solos. Aunque solo tengan un año y 4 meses, lo piensas, y te duele. Por eso, lo que queda es aprovecharlos al máximo y darles tiempo de calidad. Aún así sea poco por tu trabajo, cada minuto a su lado cuenta.

Y como cada etapa tiene su encanto, su truco y sus tips, los 16 meses también tienen lo suyo. Aquí algunas características que generalmente marcan este tiempo. Aunque como siempre lo digo, cada bebé es único y tiene su propio patrón.

Motricidad
Increíble cómo hace solo unos meses parecía borrachito al caminar. O incluso, parecía no querer soltar tu mano o los bordes de la cama. La evolución motriz de tu hijo es increíble, ya camina con mayor soltura, y sortea obstáculos con más facilidad. Tal vez, hasta ya puede correr, o intenta hacerlo. Debes estar muy atenta pues le llamarán la atención las escaleras y aún no tiene coordinación para bajar o subir sin perder el equilibrio. Recuerda que si hay escaleras en tu casa, debes colocar las puertas plásticas ideadas especialmente para niños, rejas, mallas, o lo que sea que encuentres seguro para protegerlo. La motricidad fina también está avanzando y tal vez ya puede empezar a realizar sus primeros garabatos. Es posible que intente dibujar tomando el lápiz o crayones, o tal vez solo intente arrojarlos. Pero comienza a estimular esta actividad que es muy creativa para ellos: papeles grandes, crayolas, colores o incluso temperas. Probablemente no se concentre mucho tiempo en esta actividad, pero no importa, todo es un comienzo.

Lenguaje
Tu hijo continúa sumando palabras a su vocabulario y quizás ya articule frases simples. Recuerda, siempre habla con el niño, cuanto más hables con él más fácil será la evolución de su lenguaje. La lectura a la hora de dormir puede ser un hábito muy favorable para el aprendizaje. Puede tener un idioma propio sin decir nada pero a la vez dice mucho. Trata de entenderlo, y respóndele con palabras articuladas como si lo entendieras: ah sí? No me digas, tienes hambre? Pero cuéntame, quieres una galleta? O quieres ir al parque. Sigue con eso y el solo te responderá en su forma única.

Juegos
Seguramente escucha música, canta y baila al compás de ella. Estimula estas actividades pues desarrolla sus sentidos. Si te resulta posible, incorpora dentro de sus juguetes un tambor, panderetas o un pequeño teclado. A los niños les encantan los sonidos que emiten estos instrumentos. Yo compré unas guitarritas chicas para bebés (no ukeleles que su papá les presta, pero son guitarritas de verdad) muy lindo juego que ellos aman.

Conducta
Puede continuar usando su chupete o repetir movimientos automáticos con su pelo o el lóbulo de la oreja o chuparse el dedo. No te preocupes, la mayoría de los niños dejan espontáneamente estos hábitos antes de los 4 años.Los míos piden su trapito para dormir (el kit completo para el tutu es chupón y trapito y yo lo amo. Se los daré hasta que ellos mismos decidan dejarlos. Obvio el chupón es solo a la hora de dormir. No son dependientes de él). Aman tocarme las manos, los relaja y así a veces dormimos.
Aún no muestra ninguna señal de dejar su pañal. Sin embargo, cuando lo cambias o lo bañas tiene la tendencia de mirar y tocar sus genitales. Es normal, el niño explora sus genitales igual que cualquier otra parte de su cuerpo. No te inquietes, ni lo inhibas si desea hacerlo. Tómalo con absoluta naturalidad.

Alimentación
Cocina de forma simple. Puede comer la comida del resto de la familia, ya que tu hijo come de todo. Si te da miedo como a mí, córtalo chiquitito y que ellos mismos lo agarren con sus deditos. No se van a atorar, ya están grandes. Los niños a esta edad deben comer lácteos diariamente, 2 o 3 veces al día. El vaso (o biberón) de leche no debe ser reemplazado por jugo y menos gaseosas a la hora del desayuno y del almuerzo. A muchos niños no les gusta la carne, no te preocupes, puedes reemplazarla por otras proteínas (huevo, verduras). Cuanto más lo invites a probar nuevos sabores, más variada y completa será su alimentación. Yo aún le hago un poco de puré de verduras, porque si comen pollito con arroz por ejemplo, no tienen verduras en su ración del día. Por eso aún lo complemento con verduras. Me parece que están mejor alimentados.

Sueño
Quizás todavía no duerma toda la noche o sea difícil llevarlo a dormir. Recuerda seguir rutinas de lectura o cuentos, puedes turnarte con el papá para que sea una responsabilidad compartida y un momento especial para el bebé, para estar a solas con sus padres. Recuerda no preocuparte si utiliza chupón, cuando sea el momento, él mismo lo dejará. Apaga las luces, pon música bajita y trata de que antes haya gastado suficiente energía como para que duerma relajado. Si se despierta en la noche acércate a su cuna y palmealo para ver si vuelve a dormir. Si no lo hace háblale bajito y si deseas cárgalo para pasealo un rato. Volverá a dormirse. Pero no prendas la luz ni hables fuerte, tiene que saber que es hora de dormir.

Control médico
Si todo va bien, el control médico se hará dentro de 2 meses. Pues ahora los controles, son cada 3. Pero si son «resfriadizos» como los míos, las visitas al Doc, serán más seguidas. Y por ende, el buzón de Whatsapp del Doc estará lleno de tus mensajes. Si eres neuromamá como yo…

Seguimos creciendo sanos y fuertes, vamos mes a mes aprendiendo juntos en este mundo que no es perfecto, pero podemos hacer de él un lugar hermoso para vivir y cumplir sueños.